Isabel II, también conocida como Isabel Alexandra Mary Windsor, es la actual reina del Reino Unido y otros 15 países de la Commonwealth. Nació el 21 de abril de 1926 en Londres como la hija mayor del entonces Príncipe Alberto, Duque de York, y su esposa, la Duquesa Isabel.
En 1952, tras el fallecimiento de su padre, Isabel II se convirtió en la monarca reinante del Reino Unido y sus Dominios de Ultramar, a la edad de 25 años. Desde su coronación, ha cumplido con numerosas funciones y ha llevado a cabo más de 120 visitas oficiales a otros países.
La reina también ha sido testigo de importantes momentos históricos, como la Segunda Guerra Mundial, la descolonización del Imperio Británico y la evolución de la Unión Europea. En su carrera como monarca, ha mantenido su compromiso con la tradición y la estabilidad, al mismo tiempo que ha buscado modernizar la Monarquía británica de diversas formas.
Más allá de sus responsabilidades como reina, Isabel II es también madre de cuatro hijos y abuela de ocho nietos. A lo largo de su vida, ha sido una figura muy querida y respetada, tanto en el Reino Unido como en todo el mundo, y su reinado ya es uno de los más largos de la historia de Gran Bretaña.
Isabel II fue la última monarca de la dinastía de los Borbones en España. Nació el 10 de octubre de 1830 y llegó al trono a la edad de 3 años, tras la abdicación de su padre, Fernando VII.
Durante su reinado, que duró 44 años, Isabel II tuvo que enfrentarse a grandes desafíos políticos y sociales, como la Guerra de la Independencia de Cuba y Filipinas y los movimientos republicanos y carlistas. A pesar de los intentos de modernizar España, su reinado estuvo marcado por una gran inestabilidad política y económica.
Isabel II fue una reina controvertida por su estilo de vida extravagante y sus relaciones extramatrimoniales, lo que aumentó la oposición a su régimen. Además, su papel en el llamado "Sexenio Democrático" y el surgimiento de una corriente reformista, liberal y democrática, llevaron a su exilio en 1868 y al establecimiento de la Primera República.
Finalmente, Isabel II abdicó en su hijo, Alfonso XII, en 1870 y murió en el exilio en París, Francia, en 1904.
La caída de Isabel II tuvo lugar en 1868 y fue resultado de diversos factores que convergieron para crear una situación insostenible. Uno de los principales motivos fue la crisis económica que atravesaba España, que aumentó la insatisfacción popular y generó un clima de agitación social.
Otro factor determinante fue la desigualdad social y la corrupción generalizada en la política. Las clases populares estaban cada vez más empobrecidas y descontentas con la monarquía, que se percibía como ineficaz e indiferente a las necesidades del pueblo.
Además, la figura personal de Isabel II no ayudó a mejorar la situación, ya que la reina era vista como frívola y poco comprometida con los problemas del país. Su estilo de vida extravagante y sus relaciones extramatrimoniales erosionaron aún más su imagen pública y minaron su legitimidad como soberana del país.
Finalmente, el descontento y la indignación popular se manifestaron en una serie de insurrecciones y levantamientos que obligaron a Isabel II a abdicar en 1868. La monarquía española se sumió en un período de incertidumbre y conflictos políticos que duraría décadas, y que solo se resolvería con el advenimiento de la Segunda República.
Isabel II fue una reina que reinó en España desde 1833 hasta su exilio en 1868. Su reinado fue marcado por muchos cambios políticos y sociales.
En su ascenso al trono, Isabel II fue una monarca demasiado joven e inexperta, lo que llevó a que su reinado enfrentara muchos desafíos. Uno de los principales problemas fue la lucha entre los liberales y conservadores para tener el control del gobierno.
Durante su reinado, se llevaron a cabo varias reformas, incluyendo la abolición de la esclavitud en las colonias españolas y la promulgación de una nueva constitución en 1837 que estableció un sistema parlamentario. Sin embargo, muchas de estas reformas fueron insuficientes y lentas, lo que llevó a la creciente insatisfacción y descontento de la sociedad española.
Otro de los aspectos destacados del reinado de Isabel II fue la Guerra de África, que tuvo lugar entre 1859 y 1860. Esta guerra fue un intento de España por recuperar su influencia en Marruecos, pero resultó en una victoria pírrica y en enormes costos, lo que llevó a que la popularidad de la reina se viera aún más afectada.
A medida que el descontento continuó creciendo, Isabel II finalmente abdicó en el año 1868, en medio de un clima de revolución y luchas políticas. Su reinado dejó un legado mixto de reformas valiosas y promesas incumplidas, pero también de una situación política difícil y una monarca que no logró enfrentar adecuadamente los desafíos que se le presentaron.
Isabel II fue la Reina de España desde 1833 hasta 1868, lo que significa que su reinado duró un total de 35 años. Durante su mandato, España experimentó una gran cantidad de cambios políticos y sociales, lo que hizo que su reinado fuera muy convulso.
El período de Isabel II fue una época de grandes esfuerzos para consolidar una monarquía constitucional en España, lo que se enfrentó a una fuerte oposición por parte de diversos grupos políticos. Además, su reinado también estuvo marcado por la Guerra de Independencia de Cuba y la guerra con Marruecos.
A pesar de los muchos retos a los que se enfrentó durante su reinado, Isabel II es recordada como una figura importante en la historia española. Durante su mandato, España experimentó algunos avances significativos en áreas como la educación y la ciencia.
En conclusión, el reinado de Isabel II duró un total de 35 años, un período muy convulso en la historia de España. Su legado duraría mucho después de su reinado, dejando una marca permanente en la historia de España.