Enrique I de Castilla, también conocido como Enrique el Impetuoso, fue uno de los Reyes más importantes de la Corona de Castilla, gobernando desde 1369 hasta su muerte en 1379. Tras él, sucedió su hijo Alfonso XI, quien había nacido en 1311 y reinado como Rey de Sevilla desde 1325 hasta 1350. Fue uno de los reyes más destacados de la Casa de Trastámara, una dinastía que gobernó Castilla desde la muerte de Alfonso XI hasta la abdicación de Isabel II en 1868.
Bajo el reinado de Alfonso XI, Castilla se expandió hacia el sur, conquistando territorios en Granada y Navarra, así como en los reinos de Portugal e Inglaterra. Estas conquistas, junto con su defensa de la frontera contra los musulmanes, consolidaron a Castilla como uno de los principales reinos de la cristiandad europea. Durante su reinado, Alfonso XI también emitió varias leyes para fortalecer su gobierno, entre ellas la Ley de Sucesión de 1372, que establecía la sucesión en línea directa de los hijos de Enrique I de Castilla.
Después de la muerte de Alfonso XI en 1350, su hijo Pedro I de Castilla asumió el trono, convirtiéndose en el primer rey de la Casa de Trastámara. Durante su reinado, Castilla se expandió aún más en el sur, conquistando territorios en Granada, Navarra y Portugal, así como en los reinos de Inglaterra y Francia. También se llevaron a cabo muchas reformas, desde el establecimiento de la Inquisición hasta el desarrollo de un sistema de impuestos más eficiente. Pedro I de Castilla también se destacó por su defensa de la frontera contra los musulmanes, ganándose el apodo de "El Justiciero".
Después de la muerte de Pedro I en 1369, su hijo Juan I de Castilla asumió el trono. Durante su reinado, Castilla experimentó una gran prosperidad, gracias a la introducción de un sistema de impuestos más justo y a la toma de medidas para mejorar el transporte y la comunicación entre las ciudades. También se llevaron a cabo reformas religiosas, como el establecimiento de una Inquisición en la que los críticos de la Iglesia fueron sometidos a juicio. Juan I de Castilla también se destacó por su defensa de la frontera contra los musulmanes, ganándose el apodo de "El Intrépido".
Tras la muerte de Juan I de Castilla en 1390, su hijo Enrique II de Castilla asumió el trono. Enrique II se destacó por su defensa de la frontera contra los musulmanes, así como por su mejora de las leyes de sucesión. Durante su reinado, Castilla experimentó un gran crecimiento y prosperidad, gracias a la introducción de nuevas leyes, el desarrollo del comercio y el aumento de la producción agrícola. Al final de su reinado, Castilla se había convertido en uno de los principales reinos de la cristiandad europea.
Juan I de Castilla, también conocido como El de Trastámara, fue uno de los monarcas más importantes de la dinastía Trastámara. Se le conoce como el rey de una España unida y moderna, la cual fue gobernada por los Trastámara durante unos 200 años. Después de su muerte en 1390, fue sucedido por su hijo, Enrique III de Castilla.
Durante el reinado de Enrique III, el control de Castilla se extendió a Galicia, Extremadura y León. Esto se debió en gran parte a su habilidad para manejar la política interna y la diplomacia con los estados vecinos. Como resultado, los Trastámara se convirtieron en una de las familias más importantes de la región, y su poder se extendió a lo largo de la Península Ibérica.
Enrique III fue sucedido por su hijo Juan II de Castilla en 1406. Durante el reinado de Juan II, Castilla se consolidó como el centro de poder de la región. Durante este tiempo, se llevaron a cabo muchas reformas para modernizar el país, como la creación de la Cámara de Comercio en 1485. Además, se hizo un esfuerzo por fortalecer las relaciones con otros estados europeos, como Inglaterra, Francia y Portugal.
Juan II fue sucedido por su hijo, Enrique IV de Castilla. Durante su reinado, Castilla se convirtió en una de las potencias más importantes de Europa. Se llevaron a cabo reformas importantes para modernizar el país, como la creación de universidades y la introducción de nuevas leyes. Durante el reinado de Enrique IV, Castilla también vio el nacimiento de algunas de las figuras más destacadas de la época, como el escritor Miguel de Cervantes y el pintor Diego Velázquez.
Enrique IV fue sucedido por su hija Isabel I de Castilla, quien gobernó junto a su marido Fernando de Aragón. Durante su reinado, Castilla fue fortalecida aún más y se consolidó como una de las mayores potencias europeas. Durante este tiempo, se llevaron a cabo reformas importantes en el sector educativo y financiero, y se hizo un esfuerzo por modernizar el país. Durante el reinado de Isabel I, Castilla también vio el nacimiento de algunas de las figuras más destacadas de la época, como el escritor Miguel de Cervantes y el pintor Diego Velázquez.
Enrique 1, también conocido como Enrique el Grande, fue un rey que gobernó el Reino de Francia desde 1547 hasta su muerte en 1559. Su reinado fue uno de los más largos de la historia de Francia. Durante su mandato, el país experimentó un gran crecimiento económico y militar.
Durante el último año de su vida, Enrique 1 se había vuelto cada vez más enfermo. Se dice que fue afectado por una enfermedad crónica que le provocó dolores e insomnio. Al final, murió a causa de sus enfermedades el 10 de julio de 1559. Después de su muerte, su hijo Francisco II se convirtió en el nuevo rey de Francia.
Debido a su extensa historia de enfermedades, se especula que Enrique 1 pudo haber muerto a causa de la tuberculosis o una enfermedad cardíaca. Sin embargo, se sabe que sufría de una enfermedad crónica que le provocaba dolores, lo que sugiere que su muerte fue causada por una enfermedad crónica. Esto fue confirmado por un examen médico llevado a cabo después de su muerte.
Enrique 1 fue enterrado con honores reales en el lugar de su muerte, el Palacio de Fontainebleau. Su funeral fue uno de los más grandes de la historia de Francia y contó con miles de personas que asistieron para rendir homenaje al rey fallecido. Su legado fue uno de los más importantes de la historia de Francia y su reinado marcó el comienzo de una era de prosperidad para el país.
Enrique II de Castilla, también conocido como Enrique el Fratricida, fue el rey de Castilla de 1454 a 1474. Murió sin dejar un heredero, por lo que se desató la Guerra de las Dos Partidas en la que se disputaron el trono varios pretendientes. Finalmente, tras la victoria de su hermanastro Juan II, ascendió al trono de Castilla.
Juan II fue el primero de los reyes católicos de Castilla. Gobernó el reino con mano firme y modernizó la administración y el ejército, lo que le permitió ganar importantes victorias frente a los musulmanes. Aprovechó las divisas de las victorias para financiar la construcción de obras públicas y mejorar los sistemas de comunicación del territorio.
Durante su reinado, Juan II se casó en dos ocasiones. Primero con María de Aragón y luego con Isabel de Portugal. El matrimonio con Isabel dio como resultado el nacimiento de los reyes católicos, Isabel y Fernando, que gobernarían conjuntamente el reino de Castilla desde 1479. Durante su mandato se produjeron importantes avances en la unificación de los reinos de Castilla y Aragón, lo que les permitió formar la Corona de España.
Enrique de Trastámara fue una de las figuras más relevantes de la Corona de Castilla, y su muerte se produjo el 25 de julio de 1379. Esto ocurrió tras una larga enfermedad, que afectó a su salud durante toda la última década de su vida, y que acabó con él en su ciudad natal, Valladolid. Enrique de Trastámara fue el primer monarca de la dinastía de los Trastámara, que gobernó el Reino de Castilla durante los siglos XIV y XV.
Durante el reinado de Enrique de Trastámara se produjeron grandes cambios en la política interna del país. Se pusieron en marcha varias reformas administrativas y legislativas que mejoraron la vida de los súbditos de la Corona de Castilla. También se ampliaron los territorios de Castilla, con la conquista de territorios en el norte de África, lo que le permitió a Enrique de Trastámara convertirse en uno de los monarcas más poderosos de Europa.
A pesar de sus éxitos, Enrique de Trastámara sufrió una larga enfermedad durante los últimos años de su vida. Esta enfermedad le impidió gobernar el país y se vio obligado a ceder el poder a su hijo, Juan I. Aunque intentó recuperar el poder, su salud fue empeorando y, finalmente, murió el 25 de julio de 1379, en su ciudad natal de Valladolid. Su muerte significó el fin de una de las dinastías más importantes de la Corona de Castilla.