En 1928, España se encontraba todavía bajo el gobierno de la monarquía española, que había sido restaurada en 1875. El rey Alfonso XIII fue el monarca español que gobernó desde 1902 hasta 1931, cuando se vio obligado a exiliarse como resultado de la proclamación de la Segunda República española. Durante su reinado, España experimentó un gran progreso en varios campos, como la modernización de la agricultura, la industria y el comercio. También se llevaron a cabo importantes reformas políticas, como el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Sin embargo, el monarca no fue capaz de resolver el creciente conflicto político entre los republicanos y los monárquicos, lo que contribuyó a la caída de la Monarquía en 1931.