En 1933, el gobierno de España estuvo a cargo del dictador Miguel Primo de Rivera, quien aceptó el cargo a petición del rey Alfonso XIII. Primo de Rivera se hizo cargo del poder ejecutivo el 13 de septiembre de 1923, con el fin de derrocar al gobierno de la dictadura de Miguel Maura. Gobernó durante siete años, hasta el 14 de enero de 1930. Durante este tiempo, su gobierno se caracterizó por la aplicación de una serie de medidas autoritarias y una fuerte censura de la prensa. Primo de Rivera también aplicó medidas encaminadas a mejorar la economía española, como la construcción de carreteras y puentes, la mejora de la educación y la modernización de las industrias. Sin embargo, sus medidas no lograron mejorar la situación económica del país y la crisis económica se agravó durante su gobierno. Finalmente, el 14 de enero de 1930, Primo de Rivera dimitió, y el rey Alfonso XIII nombró a Dámaso Berenguer como presidente del gobierno. Dámaso Berenguer fue el presidente del gobierno español hasta el 16 de enero de 1933, cuando fue derrocado por el golpe de Estado de los militares españoles. Desde entonces, el gobierno fue controlado por el general Francisco Franco, quien estuvo en el poder hasta 1975.
Durante el periodo de 1931 a 1933, el jefe de gobierno del Estado español fue nombrado para ser el primer ministro de la República Española. El cargo se conoció como el Presidente del Gobierno y fue desempeñado por Niceto Alcalá-Zamora, quien fue designado por el Congreso de los Diputados en 1931. Alcalá-Zamora fue un abogado y político republicano, que se había desempeñado como diputado en el Congreso de los Diputados de España por el Partido Republicano Radical.
Durante su mandato como presidente del gobierno, Alcalá-Zamora se enfrentó a la crisis económica, social y política que estaba afectando al país. Introdujo una serie de medidas que buscaban frenar la inflación y el desempleo, así como también reformas estructurales en el sector económico y social. Alcalá-Zamora también fue uno de los principales impulsores de la Constitución de 1931, la cual estableció el régimen republicano en España.
Sin embargo, su gobierno fue marcado por el desacuerdo político entre los diferentes partidos, lo cual llevó a su eventual dimisión en 1933. Después de su dimisión, fue reemplazado por el primer ministro Alejandro Lerroux quien se desempeñó en el cargo hasta 1934. Durante los dos años de su gobierno, Alcalá-Zamora demostró ser un líder capaz de lidiar con los retos a los que se enfrentaba España y ha pasado a la historia como uno de los presidentes más destacados de la República Española.
En 1933, el Partido Nacional Socialista obtuvo la mayoría en el Parlamento alemán, con Adolf Hitler como su líder. Esto marcó el comienzo de la era nazi en Alemania. Las elecciones de 1933 se celebraron el 5 de marzo de 1933, y el Partido Nacional Socialista (NSDAP) recibió el 36,8% de los votos. Esto les dio a los nazis el control absoluto del Parlamento y el poder de gobernar Alemania sin tener que compartir el poder con otros partidos políticos.
El Partido Nacional Socialista fue el único partido que se presentó a las elecciones de 1933, así que fue el único partido con el que los votantes tuvieron que elegir. Esto se debió a que Hitler había suspendido las libertades civiles en Alemania en 1933. Esto incluía la libertad de asociación, la libertad de prensa y la libertad de reunión, lo que hizo imposible para los demás partidos presentarse a las elecciones.
El Partido Nacional Socialista fue el único partido que se presentó a las elecciones de 1933, y el resultado fue una victoria contundente para los nazis. El Partido Nacional Socialista obtuvo el 36,8% de los votos, lo que les dio el control absoluto del Parlamento. Esto significaba que Hitler se convertiría en el canciller de Alemania y que el Partido Nacional Socialista tendría el poder de gobernar Alemania sin la necesidad de compartirlo con otros partidos.
En 1933, el Partido Nacional Socialista obtuvo la mayoría y el control absoluto del Parlamento alemán, lo que significó que Adolf Hitler se convertiría en el canciller de Alemania. Esta victoria significó el comienzo de la era nazi en Alemania, que duraría hasta que los Aliados derrotaran a Hitler y a los nazis en 1945. Esta victoria fue una gran tristeza para los alemanes, ya que se inició una era de terror y opresión que duró 12 años.
Durante la primera mitad del siglo XX, España estuvo bajo el régimen de monarquía parlamentaria establecido en el año 1876. Esta forma de gobierno estaba formada por el rey, la iglesia, el parlamento y el poder judicial y fue una de las formas de gobierno más estables de la época. Durante este periodo, se produjeron varios cambios de gobierno, como la dictadura de Primo de Rivera en 1923, la Segunda República en 1931 y el golpe de Estado de Francisco Franco en 1936. Esta última fue la que acabó con la monarquía parlamentaria y estableció el régimen de Franquismo que duró hasta la muerte de Franco en 1975 y el posterior establecimiento de la monarquía parlamentaria como forma de gobierno en España.
En el año 1936, España estaba bajo el gobierno de Francisco Franco, quien había ganado el conflicto bélico conocido como Guerra Civil Española. El General Franco fue el líder del Movimiento Nacional Español, una coalición de fuerzas de extrema derecha que inició la guerra en julio de 1936 para derrocar al gobierno legítimo de la Segunda República Española. El Movimiento Nacional Español fue apoyado por el Ejército Nacional, una coalición de fuerzas armadas españolas, así como por la ayuda militar y financiera de Alemania Nazi y Italia Fascistas. El triunfo del Movimiento Nacional Español sobre la Segunda República Española en abril de 1939 desencadenó la instauración de un régimen autoritario de Franquismo en España, que gobernó el país hasta 1975.
Durante el Franquismo, Franco gobernó como «Jefe del Estado» desde 1939 hasta su muerte en 1975, aunque oficialmente fue nombrado como «Caudillo» de España en 1947. Durante este período, el régimen de Franco fue una dictadura militar autoritaria que limitó la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos. El gobierno de Franco también promovió una ideología ultraconservadora basada en el catolicismo tradicional, el nacionalismo y el militarismo.
A pesar de la opresión política de Franco, el país experimentó un notable crecimiento económico y desarrollo industrial durante su gobierno. Esto se debió en parte a la ayuda financiera de Estados Unidos y la Unión Europea. El franquismo también se caracterizó por el fortalecimiento de la industria turística, la modernización de la agricultura española y una mejora general de la infraestructura.