En 1931, el régimen político de España era una monarquía constitucional parlamentaria. Esto significa que el Rey Alfonso XIII era el Jefe de Estado y el Presidente del Gobierno era el encargado de dirigir el país. En aquel momento, el cargo de presidente lo ocupaba el político liberal Manuel Azaña, elegido en junio de 1931.
En el Parlamento español había dos principales partidos políticos: el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux y el Partido Socialista Obrero de Indalecio Prieto. Estos dos partidos eran los principales responsables de la política interna y externa de España.
Además, el Gobierno de Azaña estaba apoyado por el Partido Nacionalista Vasco, que defendía los intereses de la comunidad vasca. Esto fue esencial para garantizar la estabilidad política en el país. El Partido Nacionalista Vasco se creó en 1931 como un intento de luchar por los intereses de los vascos en la política española.
En 1931, el gobierno de Azaña fue breve, ya que en noviembre de ese año se produjo una revolución militar que llevó al general Francisco Franco al poder. Esta revolución puso fin al régimen de la Segunda República española y estableció una dictadura que duró hasta 1975.
En conclusión, en 1931 en España gobernaba el Presidente Manuel Azaña, con el apoyo de los principales partidos políticos y el Partido Nacionalista Vasco. Sin embargo, este gobierno fue breve, ya que en noviembre de ese año se produjo una revolución militar que llevó al general Francisco Franco al poder.
Durante el periodo comprendido entre 1931 y 1933, Niceto Alcalá-Zamora y Torres fue el presidente del Gobierno de la II República Española. Nacido en Alcalá de los Gazules (Cádiz) en 1877, Niceto Alcalá-Zamora fue un abogado y político afiliado al Partido Republicano Radical. En su primera etapa en el gobierno fue Ministro de Instrucción Pública y después Ministro de la Guerra en el gobierno de Miguel Primo de Rivera. Después de la proclamación de la II República en 1931, fue elegido presidente del Gobierno el 14 de abril de 1931. Su gobierno fue marcado por la aprobación de la Constitución Española de 1931 y la represión de los movimientos anarquistas y comunistas. Además, se reformaron los estatutos autonómicos de las regiones españolas. El 14 de septiembre de 1933 fue destituido por el Congreso de los Diputados, tras la renuncia de sus ministros no socialistas. Fue sustituido por el gobierno presidido por Alejandro Lerroux. Niceto Alcalá-Zamora fue posteriormente elegido presidente del Senado, cargo que ocupó hasta septiembre de 1936.
En 1931, el presidente de México era Pascual Ortiz Rubio, quien fue presidente entre el 1 de diciembre de 1930 y el 4 de febrero de 1932. Ortiz Rubio asumió la presidencia tras la renuncia de Emilio Portes Gil y fue el primer presidente que logró completar un mandato sin ser interrumpido por un golpe de Estado.
Durante su mandato, Ortiz Rubio se enfocó en la modernización del país, particularmente en la industria. Su gobierno fue responsable de la creación de la Secretaría de Industria y Comercio, así como de la creación de una infraestructura para la industria nacional. La Secretaría de Industria y Comercio fue la primera que se encargó de la regulación de los precios de los productos industriales.
Durante su gobierno, Ortiz Rubio también fue responsable de la modernización de la educación en México. Creó la Secretaría de Educación Pública, que se encargó de la educación en todo el país. Esta secretaría se encargó de reorganizar la educación mexicana, modernizar los programas educativos y mejorar la infraestructura de los centros educativos.
Además, Ortiz Rubio estableció una ley de trabajo para mejorar las condiciones laborales en México. Esta ley exigía que los empleadores pagaran salarios justos, brindaran buenas condiciones de trabajo y ofrecieran buenas condiciones de trabajo a sus empleados.
En general, el gobierno de Ortiz Rubio estuvo marcado por la modernización del país. Aunque fue un mandato corto, sus logros fueron significativos y ayudaron a mejorar la economía y la vida de los mexicanos.
En las elecciones generales del Estado Español de 1931, el Partido Republicano Radical ganó la mayoría de los escaños en el Congreso de los Diputados, con un total de 151 escaños. Esta victoria fue particularmente significativa porque fue el primer gobierno democrático de la historia de España. El Partido Republicano Radical, liderado por Alejandro Lerroux, se había formado en 1929 por una coalición de republicanos, liberales, demócratas, socialistas y otros grupos políticos.
En las elecciones de 1931, el Partido Republicano Radical consiguió una amplia victoria, con un total de 151 escaños, frente a los 84 escaños de la coalición de la derecha, encabezada por el Partido Conservador. Esta victoria fue posible gracias al apoyo de una coalición de grupos de izquierda, como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Republicano Democrático (PRD) y el Partido Comunista de España (PCE).
Tras la victoria, el Partido Republicano Radical se comprometió a llevar a cabo una serie de reformas democráticas, como el establecimiento de una Constitución, el establecimiento de una Asamblea Nacional, la separación de poderes y el establecimiento de un sistema parlamentario. Estas reformas serían un paso clave en la modernización de España, abriendo el camino para el surgimiento de una nueva era política y social.
Por lo tanto, podemos decir que las elecciones de 1931 marcaron un punto de inflexión en la historia de España, con el Partido Republicano Radical ganando la mayoría de los escaños y comprometiéndose a llevar a cabo una serie de reformas democráticas. Estas reformas serían un paso importante en la modernización de España y una nueva era política y social.