Pedro el Ceremonioso, también conocido como Pedro IV, fue el rey de Aragón, Valencia y Mallorca entre los años 1336 y 1387. Nació el 8 de septiembre de 1319, hijo de Jaime II de Aragón. Su reinado fue marcado por la unificación de la Corona de Aragón, así como por la expansión de sus territorios a través de las guerras que sostuvo con los reinos vecinos. Durante su reinado, Pedro el Ceremonioso se ganó el respeto de sus súbditos y el título de "Rey del Mediterráneo".
En vida, Pedro el Ceremonioso era conocido por su sabiduría y sensatez. Se preocupó por el bienestar de sus súbditos, a los que gobernó con justicia y respeto. Promovió la educación y el estudio de la ley, así como la ciencia y el arte. Buscó fortalecer la economía de sus territorios mediante el comercio y la agricultura, y expandió sus fronteras mediante la conquista de nuevos territorios.
Además, Pedro el Ceremonioso fue un firme defensor de la fe católica, lo que le granjeó el respeto de la Iglesia. Estableció numerosas leyes y reglamentos para mantener la paz y la estabilidad en la región. Finalmente, su reinado fue recordado por su sabia política y la prosperidad que trajo a los territorios bajo su mando.
Aunque Pedro el Ceremonioso murió en 1387, su legado perdura hasta el día de hoy. Se le considera uno de los monarcas más grandes de la historia de España y uno de los más importantes de la Edad Media.