Al-Ándalus fue una región histórica situada en la península Ibérica entre los siglos VIII y XV, en la que los musulmanes gobernaron durante casi 800 años. La época omeya de Al-Ándalus comenzó en el año 756 con la llegada de Abd al-Rahman I, quien se convirtió en el primer emir omeya de Al-Ándalus. Abd al-Rahman I fue el líder de la familia omeya que había sido expulsada del poder del Califato Abasí en Damasco en el año 750.
Abd al-Rahman I llegó a España con un pequeño grupo de seguidores, y se estableció en Córdoba. Su llegada fue recibida con entusiasmo por los habitantes de la región, quienes se habían cansado de los gobernantes anteriores. Abd al-Rahman I fue un gran líder que trajo estabilidad al área, y su gobierno se caracterizó por su tolerancia religiosa y su respeto por las minorías culturales.
Abd al-Rahman I trabajó para unificar Al-Ándalus, y su influencia se extendió por la región durante más de 40 años. Bajo su liderazgo, se construyeron numerosas ciudades, como Granada, Córdoba y Sevilla. Bajo su reinado, Al-Ándalus se convirtió en una de las más grandes potencias del mundo musulmán, y se convirtió en un centro de la cultura y la ciencia.
Abd al-Rahman I murió en el año 788, dejando tras de sí un gran legado que duraría por más de un siglo. Su hijo Hisham I fue el segundo emir omeya de Al-Ándalus, y continuó su trabajo para unificar la región. El legado de Abd al-Rahman I sigue siendo recordado hasta el día de hoy, y él se considera uno de los más grandes gobernantes de la historia de Al-Ándalus.