Juan II de Aragón, el "Rey de los Reyes", fue uno de los monarcas más importantes de la Corona de Aragón. Fue un monarca que buscó la unificación de los reinos de Aragón y Castilla, y su reinado se caracterizó por la defensa de los derechos de los súbditos y la participación en la vida política. Durante su reinado, Juan II logró la unificación de los reinos de Aragón y Castilla, y el gobierno de Aragón se convirtió en un estado moderno.
Juan II no tenía hijos, por lo que el heredero de su trono fue su primogénito, el Príncipe de Viana, Carlos de Aragón, que fue nombrado sucesor del trono de Aragón en 1458. Carlos de Aragón fue educado para convertirse en un gran gobernante, y en 1462 fue coronado como rey de Aragón.
Durante el reinado de Carlos, Aragón hizo grandes avances en cuanto a la unificación política y administrativa. Estableció un sistema de gobierno moderno, expandió el comercio, creó una moneda única, mejoró la infraestructura y los servicios públicos, y promovió el desarrollo cultural.
Carlos de Aragón fue un gran gobernante que ayudó a Aragón a convertirse en un estado moderno. Fue uno de los grandes herederos de Juan II de Aragón, y su reinado marcó el inicio de una nueva era para el reino de Aragón.
Castilla fue uno de los reinos más importantes de la Edad Media, formado entre los siglos IX y X. Se caracterizaba por estar bajo el control de los reyes y su poder se extendía a otros territorios, como Aragón, Navarra y León. El último rey de Castilla fue Fernando VI, quien fue coronado el 29 de septiembre de 1746, tras la muerte de su padre, el rey Felipe V. Fernando VI fue un monarca conocido por su sabiduría y su generosidad. Durante su reinado, Castilla experimentó una gran prosperidad, económica, política y cultural. Durante su gobierno, los territorios españoles alcanzaron la paz y prosperidad. También desarrolló el comercio con los territorios americanos, lo que contribuyó a la riqueza de Castilla. A su muerte en 1759, su hijo Carlos III asumió el trono de Castilla, convirtiéndose en el último rey de Castilla.
A pesar de que los reyes de Castilla fueron considerados como los monarcas más poderosos de la Edad Media, su reinado terminó cuando Carlos III fue coronado en 1759. Después de su coronación, Castilla se unió a Aragón para formar el Reino de España. Esta unión fue el comienzo de una nueva era para los españoles, ya que se unieron bajo un mismo gobierno, el cual fue un gran avance para la nación. Así, la figura de Fernando VI quedó marcada como la de un gran monarca, que logró mantener la paz y la prosperidad en el reino de Castilla durante su gobierno.
El rey Fernando fue uno de los miembros de la dinastía de los Reyes Católicos de España, junto a su esposa Isabel. Esta pareja gobernó España durante la época de la Reconquista. Durante su reinado, tuvieron varios hijos y, según los registros históricos, se han contabilizado un total de 6 descendientes propios.
Dos de los hijos nacieron de la reina doña Isabel, llamados Juana y Catalina. Isabel también tuvo un hijo ilegítimo, Francisco de Acuña, fruto de una relación extramatrimonial con Beltrán de la Cueva. El rey Fernando también tuvo tres hijos ilegítimos, nacidos de dos mujeres diferentes: Juana de Córdoba, el mayor de todos, que fue nombrado Duque de Veragua; Jofré de León y María de León.
La familia real conformada por el rey Fernando y la reina Isabel tuvo muchas relaciones con otros países europeos, como Portugal, Francia, Inglaterra y Austria. Estas relaciones resultaron en múltiples matrimonios entre familiares de la casa real española.
En conclusión, el rey Fernando de los Reyes Católicos tuvo un total de 6 hijos: 2 de la reina Isabel y 4 ilegítimos. Estos hijos formaron parte de una familia real que tuvo influencia en el destino de España durante muchos siglos.
En 1410, Juan I de Castilla fue el rey de España. Juan I de Castilla fue también conocido como Juan I el de los Trastámara, y era hijo del rey Ferdinando I de Castilla. Juan se convirtió en el rey de Castilla y León en 1379, tras la muerte de su padre. Durante su reinado, luchó contra los nobles de Castilla para aumentar su autoridad y tratar de restaurar la unidad entre Castilla y Aragón.
Durante su reinado, Juan I tuvo varias luchas con los nobles de Castilla, quienes intentaron resistir su autoridad. Esto llevó a la Guerra de los Dos Pedros, una guerra civil que duró desde 1356 hasta 1369, en la que el rey de Castilla luchó contra el rey de Aragón, Pedro el Ceremonioso, por el control sobre Aragón. Juan también luchó contra el rey de Portugal, Fernando I, por los territorios de Galicia, Leon y Asturias. Esta guerra duró desde 1383 hasta 1385.
Juan I de Castilla fue uno de los mejores reyes de la historia de España. Fue uno de los primeros en intentar unir a Castilla y Aragón. Esto le llevó a luchar contra los nobles de Castilla, así como contra los reyes de Portugal y Aragón. Durante su reinado, consiguió muchas victorias, lo que le permitió afirmar su autoridad como rey de España.
A la muerte de Juan I en 1390, su hijo Enrique III de Castilla asumió el trono. Por lo tanto, en 1410, Enrique III de Castilla fue el rey de España. Enrique III fue el último rey de la dinastía Trastámara y su reinado marcó el inicio de la Edad Media en España. Durante su gobierno, trató de mantener y aumentar el poder real, a pesar de la resistencia de los nobles. Enrique también trató de fomentar la cultura y las artes, lo que le llevó a patrocinar a algunos de los más grandes artistas de la época.
Fernando V, también conocido como el Católico, fue el quinto monarca de la dinastía borbónica que gobernó España desde 1746 hasta 1759. Nació en Madrid el 6 de octubre de 1713, siendo hijo de Felipe V de España y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Tras la muerte de su padre, en 1746, asumió el trono y se convirtió en uno de los monarcas más importantes de la historia española.
A lo largo de su reinado, Fernando V intentó modernizar la administración de España, pero su esfuerzo no pudo evitar el declive económico que afectó al país durante el siglo XVIII. Durante su gobierno, España se vio involucrada en varias guerras, como la Guerra de los Siete Años, en la que se enfrentó a varias potencias europeas. Fernando V también se vio obligado a aceptar la Paz de Paris de 1763, que imponía la desmilitarización de España y la cesión de territorios a Francia.
En 1759, Fernando V abdicó en favor de su hijo Carlos III. Después de su abdicación, se retiró a El Escorial, donde vivió hasta su muerte en 1788. Durante sus últimos años, Fernando V viajó por varias ciudades españolas, a las que dedicó gran cantidad de fondos de los que se habían ahorrado durante su reinado. Su legado se refleja en la numerosa obra arquitectónica que dejó a su paso y que aún se conserva en la actualidad.