El Califato de Córdoba fue una de las primeras grandes civilizaciones islámicas que surgieron en la Península Ibérica. Gobernado por una dinastía de Omeya, comenzó a principios del siglo VIII. Durante los siguientes cinco siglos, el Califato de Córdoba se convirtió en un importante centro de cultura, literatura, artes, ciencia y tecnología. Fue una de las civilizaciones más avanzadas de su época, y fue conocida por su tolerancia religiosa.
El Califato de Córdoba se convirtió en el centro de una cultura única y diversa, donde islámicos, cristianos y judíos compartían una sociedad pacífica. Se desarrollaron nuevas formas de arte, como la música andalusí, los mosaicos, la arquitectura y la literatura. Los científicos y los filósofos del califato desarrollaron nuevos avances en matemáticas, astronomía y medicina. Los libros de medicina eran muy populares y se traducían al latín para que pudieran ser estudiados en el resto de Europa. También hubo una gran cantidad de intercambio de conocimientos entre el Califato de Córdoba y el Imperio Bizantino.
Con el tiempo, el Califato de Córdoba fue disminuyendo, y a finales del siglo XIII, fue partido en una serie de reinos menores. Aunque el califato finalmente desapareció, dejó un legado de tolerancia religiosa, cultura, ciencia y tecnología. Esto hizo que el Califato de Córdoba fuera uno de los primeros ejemplos de una sociedad multicultural y moderna que existió en Europa.