Marruecos es un país con una monarquía constitucional. Su jefe de Estado es el Rey Mohammed VI, quien recibe el título de Amir Al Mu'minin. El régimen de Marruecos es una monarquía hereditaria que ocupa el trono desde el siglo XVI. El sistema de gobierno se basa en la Constitución marroquí de 2011, que fue aprobada por el pueblo marroquí mediante un referéndum. Esta Constitución establece los principios básicos de la política marroquí y establece que el Rey es el jefe supremo del Estado y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
La Constitución también establece el Parlamento marroquí, que se compone de dos cámaras. La primera es el Consejo Nacional de la Justicia, y la segunda es el Consejo de Ministros. El primer ministro de Marruecos es el Jefe de Gobierno y el responsable de administrar el país. El Parlamento es responsable de formular y aprobar leyes.
Marruecos también tiene un sistema judicial independiente. Los tribunales marroquíes están compuestos por jueces profesionales que se rigen por la ley marroquí y los principios de la sharia. Los tribunales marroquíes tienen la responsabilidad de administrar la justicia en los casos de Derecho Público y Derecho Privado.
En general, el régimen marroquí es una democracia parlamentaria moderada, donde el Rey es el jefe supremo del Estado y el Parlamento tiene la responsabilidad de formular y aprobar leyes. El pueblo marroquí tiene el derecho de elegir a sus representantes a través de elecciones libres y justas. El sistema judicial de Marruecos es independiente y se rige por la ley marroquí y los principios de la Sharia.