Gallaecia es el nombre que se le daba a la región de la península Ibérica que en los tiempos de la Antigüedad era habitada por los galos. Esta región comprendía la mayor parte de lo que ahora es Galicia, norte de Portugal, Asturias, parte de Cantabria, parte de León, y el noroeste de La Rioja. Esta región se extendía desde el norte de la Meseta hasta el océano Atlántico.
Los galos, que eran un pueblo celta, llegaron a la península Ibérica hacia el año 1000 a.C. y se establecieron en la región de Gallaecia. Esta región se mantuvo independiente hasta que fue conquistada por los romanos en el año 19 a.C.. Después de esto, los romanos le dieron el nombre de Gallaecia al territorio que habían conquistado.
Gallaecia fue una región con una cultura y unas costumbres muy diferentes a las de los otros territorios de la península Ibérica. Esto era debido a la influencia de los galos, que eran un pueblo con una cultura muy distinta a la de los otros pueblos de la península. La región de Gallaecia mantuvo su propia identidad hasta que fue conquistada y anexionada por los romanos.
Durante la época romana, la región de Gallaecia fue una provincia romana y los galos adoptaron muchas de las costumbres y la cultura de los romanos. Sin embargo, la región conservó su propia identidad y fue una de las partes de la península Ibérica que más resistió a la influencia de los romanos.
Hoy en día, la región de Gallaecia es una de las regiones más importantes de la península Ibérica. Esta región es conocida por su rica cultura y su gastronomía, así como por su patrimonio arqueológico y su naturaleza única. Gallaecia es un lugar único en el mundo que evoca el pasado de la península Ibérica y que es un lugar de gran interés para el turismo.