La relación entre el conquistador español Hernán Cortés y el emperador mexica Moctezuma II fue una de las más controvertidas de la historia. Cortés llegó a la costa del Golfo de México en 1519 con una pequeña flota de 11 barcos, 600 soldados y varios aliados indígenas. Se dirigió a la capital del imperio mexica, Tenochtitlan, en busca de fama, fortuna y poder. Moctezuma, que había estado recibiendo informes sobre los extraños visitantes, los recibió con grandes regalos y ceremonias. Sin embargo, los españoles no tardaron en desconfiar de Moctezuma y comenzaron a conquistar los territorios mexicas. Moctezuma se enfrentó a esta situación con cautela, tratando de evitar el conflicto directo con los españoles y dando regalos a los conquistadores para tratar de calmarlos. Pero esto no fue suficiente para detener a los españoles y, finalmente, Cortés y sus aliados indígenas conquistaron Tenochtitlan en 1521.
La relación entre Cortés y Moctezuma fue complicada. Cortés intentó usar a Moctezuma para controlar el imperio mexica mientras él se expandía por el territorio. Durante su estancia en Tenochtitlan, Moctezuma fue tratado como un prisionero, pero fue respetado por los españoles como una figura de autoridad. Esta ambigua situación duró hasta que Moctezuma fue asesinado en 1520, lo que desencadenó la resistencia mexica a la conquista española. La muerte de Moctezuma marcó el final de la relación entre él y Cortés y el inicio de una nueva era de conquista y colonización.