En el año 589, España todavía estaba bajo el dominio de los visigodos, una tribu germánica que había estado gobernando la región desde el siglo V. En este año, el rey visigodo Recaredo convocó una asamblea de todos los obispos visigodos en Toledo para discutir las doctrinas de la fe cristiana y el papel de la Iglesia en el gobierno. La asamblea, conocida como el Concilio de Toledo, fue el primer concilio de la Iglesia en Occidente y marcó el inicio de la edad media en España. El Concilio estableció la unión entre la Iglesia y el Estado y estableció las bases para la unidad de la religión cristiana en la región. Esta asamblea también adoptó varias leyes para regular la vida cotidiana de la población, como el establecimiento de una moneda única para toda España. Además, el Concilio también estableció la sede de la Iglesia en España, que se estableció en Toledo.
En el año 589, la capital visigoda fue trasladada desde Mérida a Toledo. Esta ciudad se convirtió en la nueva sede de la corte real y se convirtió en un importante centro de cultura y comercio. El traslado de la sede de la corte real a Toledo también fue un paso importante para consolidar el poder real en toda España. Esto permitió al rey Recaredo consolidar su autoridad en toda la región y establecer un gobierno centralizado.
El año 589 también marcó el comienzo de un nuevo periodo de prosperidad para la región. En este año, el rey Recaredo ordenó la construcción de una red de carreteras para unir todas las ciudades españolas, lo que permitió un mayor intercambio comercial entre las diferentes regiones. Esto también contribuyó al desarrollo económico y cultural de la región. El rey Recaredo también estableció un sistema de impuestos para financiar el gobierno y promovió el desarrollo de la agricultura, la educación y la cultura. Esta fue la base para el florecimiento de España en los siglos siguientes.