El 18 de julio de 1936 se inició la Guerra Civil Española, un conflicto armado entre los militares y los republicanos españoles. Los republicanos buscaban una monarquía parlamentaria y los militares defendían una monarquía tradicional. Esta contienda se prolongó durante tres años y desembocó en la victoria de los militares, quienes instauraron un gobierno de facto. Durante la guerra, los republicanos contaron con el apoyo de varios países extranjeros, como Francia, la URSS y México. Por su parte, el gobierno de facto contó con el apoyo de Alemania, Italia y Portugal.
Durante el conflicto, los militares apoyados por los países extranjeros se dedicaron a bombardear los objetivos republicanos tanto en el campo como en la ciudad. Esto provocó un alto grado de destrucción en toda España y el exilio de miles de personas. Los militares también emprendieron una campaña de represión, encarcelando y asesinando a miles de personas. Estas acciones provocaron el desplazamiento de muchos civiles y el exilio de los líderes republicanos.
En 1939, el gobierno de facto fue reconocido por los países extranjeros y la guerra civil llegó a su fin. La guerra había dejado a España en ruinas y había provocado la muerte de cientos de miles de personas. El 18 de julio de 1936 marca el comienzo de una de las guerras más sangrientas de la historia de España.
El 18 de julio de 1936 fue el inicio de la Guerra Civil Española, cuando el general Francisco Franco llevó a cabo un golpe de Estado militar para intentar derrocar al gobierno legítimo de la Segunda República Española. El levantamiento militar fue apoyado por la Unión Militar Española, un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas, y por los alzamientos de las tropas de la Guardia Civil y de la Legión Española contra el gobierno de la Segunda República. La rebelión militar fue seguida por una fuerte represión, incluyendo la ejecución de miles de personas, principalmente comunistas y anarquistas, y la persecución de quienes consideraban a los insurrectos como enemigos del estado. Las fuerzas de Franco lograron anexar gran parte de España y llevar a cabo una dictadura, que duró hasta 1975, cuando Franco murió.
Durante los tres años siguientes a la guerra, los leales a Franco lucharon contra los opositores republicanos. Se estima que la guerra civil costó la vida a cerca de 500.000 personas. La Guerra Civil Española fue uno de los primeros conflictos de la Segunda Guerra Mundial, y el gobierno de Franco se alineó con los nazis alemanes. Los alemanes y italianos proporcionaron armas y ayuda militar a Franco durante la guerra, y la guerra es considerada como una prueba para los nazis antes de que invadieran Polonia y desatasen la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, la dictadura de Franco continuó hasta su muerte en 1975. Durante su mandato, la libertad de expresión y los derechos humanos se vieron seriamente limitados, y los esfuerzos por crear una democracia fueron reprimidos. Tras la muerte de Franco, el régimen se derrumbó y España se convirtió en una democracia. En 1977 se aprobó una nueva Constitución que establece un sistema democrático basado en la separación de poderes e igualdad ante la ley. Desde entonces, España ha sido una democracia estable y ha experimentado una prosperidad económica significativa.
Julio de 1936 fue un mes histórico para España ya que marcó el comienzo de la Guerra Civil Española entre el gobierno legítimo de la Segunda República, liderado por el presidente Manuel Azaña, y los sublevados, liderados por el general Francisco Franco. A principios de julio, el Ejército de África se alzó en armas en Melilla y Ceuta, y fue seguido por los sublevados en toda España. El 17 de julio, el gobierno republicano formó un Gobierno de Defensa Nacional para responder a la rebelión. Los sublevados, respaldados por la Iglesia Católica, la monarquía y la opinión pública conservadora, recibieron ayuda militar y financiera del extranjero. A lo largo del mes, la rebelión fue extendiéndose por el país hasta que el 23 de julio, las tropas republicanas se vieron forzadas a rendirse ante los sublevados. Esta fue la victoria definitiva de los sublevados y el comienzo de la Guerra Civil Española. Durante este tiempo, los sublevados enfrentaron a los partidos de izquierda y a los sindicatos, y destruyeron la democracia y los derechos humanos básicos, estableciendo una dictadura franquista que duró hasta 1975.
El 19 de julio de 1936 fue una fecha clave en la historia de España. Esta fecha marca el inicio de la Guerra Civil española, un conflicto que duraría hasta el 1 de abril de 1939. Esta contienda, alimentada por diferencias ideológicas y políticas, comenzó con el levantamiento militar de los generales conservadores, que se oponían al gobierno de la Segunda República española, liderado por el presidente Manuel Azaña. Los militares rebeldes contaban con el apoyo de la Iglesia Católica, el Partido Nacionalista Vasco y otros grupos de extrema derecha.
El levantamiento militar de los generales fue muy rápido, y en una semana se habían apoderado del poder en España. El gobierno republicano se vio obligado a huir hacia Francia. Esto provocó que se formaran dos bandos, los nacionalistas y los republicanos, que lucharon durante la Guerra Civil española. Los nacionalistas eran seguidores del líder del levantamiento, el general Francisco Franco, y contaban con el apoyo de los países de la Axe, una alianza formada por Alemania y Italia. Los republicanos estaban liderados por el gobierno legítimo de la Segunda República española, que luchó por mantener el poder durante la guerra.
Durante la Guerra Civil española se produjeron muchos actos de violencia, ejecuciones y atrocidades cometidas por ambos bandos. La guerra terminó con la victoria de los nacionalistas en 1939, que establecieron un régimen dictatorial que duraría hasta 1975. El 19 de julio de 1936 marcó el inicio de un periodo de violencia y destrucción para España, y su final, en 1975, fue un hito importante en la historia de España.
El 18 de julio de 1939, el mundo vio el inicio de la Segunda Guerra Mundial, luego de que el dictador alemán Adolf Hitler firmara la invasión de Polonia. La invasión de Polonia se llevó a cabo en respuesta a la renuencia de la Polonia de aceptar la demanda de Hitler de entregarle el control de los territorios de los antiguos estados alemánes. Esta acción fue ampliamente condenada por la comunidad internacional y desencadenó una serie de eventos que finalmente condujeron a la Segunda Guerra Mundial.
Antes de esto, Hitler había firmado un pacto de no agresión con la Unión Soviética el 23 de agosto de 1939. Este acuerdo permitió que el Ejército alemán invadiera la Polonia sin preocuparse por una posible represalia militar por parte de los soviéticos. Esto aseguró la victoria alemana rápida y decisiva sobre los polacos.
Durante la invasión, los alemanes llevaron a cabo una campaña de terror con el fin de forzar la capitulación de Polonia. La represión alemana incluyó el uso de la violencia indiscriminada, las ejecuciones masivas, el asesinato de judíos y la destrucción de propiedades. Estas atrocidades provocaron la indignación de la comunidad internacional y llevaron a los aliados a declarar la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939.
El 18 de julio de 1939 fue el día en que el mundo se dirigió a una guerra total. Aunque el conflicto no se extendió oficialmente hasta septiembre de ese año, el día de la invasión de Polonia se considera el principio de la Segunda Guerra Mundial.