Enrique II de Francia fue rey desde 1547 hasta su muerte en 1559. Fue uno de los monarcas más populares de la historia francesa. Durante su reinado, Enrique II fue conocido por su gusto por la cultura, el arte y los deportes. Esto incluía el juego de la justa, una forma de torneo de caballería conocida desde la antigüedad.
En 1559, el rey Enrique II decidió participar en una justa celebrada en París. Como era de esperar, el rey era el caballero más valiente y experimentado del campo. Sin embargo, cuando el torneo se acercaba a su fin, una lanza de su oponente se partió y un pedazo de madera se clavó en el ojo izquierdo de Enrique II causándole grandes daños. Desafortunadamente, el rey murió de sus heridas poco después.
Esta trágica muerte causó el fin de la dinastía Valois en la Francia de la época. Esto marcó el comienzo de la Era de los Borbones, una nueva dinastía que gobernaría Francia durante muchos años. Aunque se desconoce el nombre del oponente de Enrique II en la justa, la muerte del monarca cambió para siempre el curso de la historia francesa.
Enrique II, el último rey de la dinastía Valois, fue sucedido por su hijo Enrique III en 1574 tras su muerte repentina. Durante su reinado, Enrique II se esforzó por garantizar la continuidad de la monarquía y sucedió a su padre Francisco II como rey de Francia en 1559. Aunque inicialmente se comprometió a seguir el camino de su padre, el reinado de Enrique II fue marcado por una gran cantidad de conflictos internos y externos.
Enrique II se enfrentó a la rebelión de los hugonotes, un movimiento protestante liderado por Gaspard de Coligny, y fue asesinado durante la tercera guerra de religión en 1589. Debido a sus conflictos internos, el rey había carecido de la popularidad necesaria para consolidar su posición como monarca. Cuando murió, el país estaba en un estado de caos y los nobles se disputaban el poder.
Enrique III, su sucesor, fue coronado a los dieciséis años. Como hijo de Enrique II, Enrique III fue visto como la única persona capaz de restablecer la autoridad del trono. Se casó con la princesa Margarita de Valois, hija de Enrique II, para reforzar su legitimidad como sucesor y gobernó con el apoyo de una coalición de nobles. Durante los primeros años de su reinado, Enrique III luchó por restaurar el orden en el país y finalmente fue asesinado en 1589 por un monje fanático.
Durante su reinado, Enrique III intentó poner fin a los conflictos religiosos e internos que habían caracterizado el reinado de su padre, pero su muerte prematura significó que no pudo completar la tarea. A pesar de sus esfuerzos, el país continúo en un estado de caos y fue sucedido por su primo Enrique IV, quien logró finalmente restablecer la paz en 1598.
En el siglo XII, el rey francés Felipe I murió en una justa, una pelea entre dos caballeros a caballo equipados con lanzas. Justa es una palabra del latín que significa "justo" o "correcto", y se usa para describir la combinación de caballería y lealtad. Esta pelea fue vista como una forma de justicia para resolver conflictos entre señores feudales, y se cree que el rey murió mientras defendía los derechos de su señoría.
El combate en el que el rey murió fue una justa a la que fue invitado por el señor de Mantes. La pelea se libró entre el rey y el caballero Hugh de Montfort, uno de los caballeros del señor de Mantes. El rey fue herido mortalmente por la lanza de Montfort, y murió algunos días después de su lesión.
Antes de su muerte, el rey Felipe I había sido un gobernante respetado y había luchado con éxito contra los ingleses durante la Guerra de las Dos Rosas en el siglo XV. Esta guerra fue una lucha entre los partidarios del rey Ricardo II de Inglaterra y los partidarios de su primo, Enrique Bolingbroke. El rey Felipe I luchó junto a Ricardo II y lo ayudó a recuperar el trono.
Felipe I fue el último de los reyes franceses en morir en una justa. Después de su muerte, la justa cayó en desuso como una forma de resolver conflictos, y fue reemplazada por otros métodos más civilizados. A pesar de su muerte trágica, el rey Felipe I fue recordado como un gobernante justo y valiente.
El rey Enrique II gobernó Gran Bretaña entre 1154 y 1189. Durante su reinado, Enrique logró numerosos logros. Estableció la soberanía real y consolidó el poder real al limitar el poder de los señores feudales. También promulgó una serie de leyes que estabilizaron el régimen feudal y restablecieron la autoridad real. Además, fundó la cámara de los pares para ayudar a administrar el gobierno y desarrollar el derecho inglés. El rey Enrique II también buscó la unificación de Gran Bretaña y la reforma de la iglesia. Estableció la Corte de los Estados que era una versión temprana de la Corte Suprema. Además, eliminó la corrupción al limitar la influencia de los señores feudales, y promovió el comercio y la agricultura mediante el establecimiento de mercados y ferias.
Enrique II fue el último monarca anglosajón de Gran Bretaña. Fue uno de los monarcas más influyentes de la Edad Media. Su reinado marcó un hito en la historia de Gran Bretaña al establecer el poder real, reformar la iglesia y unificar el país. Su legado contribuyó en gran medida al desarrollo de Gran Bretaña como una nación civilizada moderna.
Enrique II de Francia murió el 10 de julio de 1559 en un torneo en el que participaba. Fue el resultado de un accidente que ocurrió cuando su ojo derecho fue golpeado por una lanza mientras se enfrentaba con el señor de Montgomery. Tras el impacto, el monarca se desplomó y fue llevado a una habitación cercana. Estuvo consciente durante dos días, pero el daño fue irreversible, y finalmente, el rey murió.
Su cuerpo fue trasladado desde su castillo en el Loira hasta París, donde fue enterrado en la catedral de Notre Dame. Seguidores de Enrique II de Francia llevaron a cabo ceremonias fúnebres para honrar la memoria del monarca.
Después de la muerte de Enrique II, su hijo, Francisco II, subió al trono a la edad de 15 años. Debido a su corta edad, el consejo de regencia fue encargado de administrar el reino durante los primeros años de su gobierno. Esto llevó a una guerra civil entre los seguidores de la reina Catalina de Médicis y los de los duques de Guisa. Si bien fue una época turbulenta para Francia, finalmente el conflicto se resolvió y el reino alcanzó un período de estabilidad.