Juana la Loca, también conocida como Juana de Castilla, fue una princesa española del siglo XV que heredó el trono de su padre, el Rey Fernando el Católico. Se casó con Felipe el Hermoso, el heredero de los Países Bajos, en octubre de 1496. Después de la muerte de Felipe el Hermoso en 1506, se dice que Juana sufrió de lo que se conoce como melancolía o locura, lo que la llevó a actuar de manera impredecible.
Durante su matrimonio, Juana se enamoró perdidamente de su esposo y se opuso con firmeza a cualquier persona que tratara de separarlos, como su padre el rey. Incluso después de la muerte de Felipe, Juana insistió en que su marido aún estaba con vida y se negó a permitir que lo enterraran. Se dice que mantenía el cadáver en su habitación y que lo besaba y abrazaba todos los días.
Muchas personas creen que la locura de Juana se debió a una profunda tristeza por la muerte de su esposo. Sin embargo, los historiadores también han sugerido que su trastorno mental fue causado por una enfermedad mental hereditaria, como la esquizofrenia. Sea cual sea el motivo, Juana pasó el resto de su vida encerrada en una celda, donde murió en 1555.
En conclusión, Juana la Loca fue una princesa española que sufrió de locura o melancolía después de la muerte de su marido. Se dice que se negó a enterrar el cadáver de su esposo y que lo mantenía en su habitación, besándolo y abrazándolo cada día. Esto podría haber sido causado por una profunda tristeza, pero también se ha sugerido que fue una enfermedad mental hereditaria. Finalmente, Juana fue encerrada en una celda y murió allí en 1555.