El Atentado a Alfonso XIII fue un hecho que conmocionó a la sociedad española de la época. Se trató de un ataque perpetrado por anarquistas en la ciudad de Madrid el 31 de mayo de 1906. El objetivo era acabar con la vida del rey Alfonso XIII, quien se encontraba paseando por la calle Mayor en un coche descubierto.
En las semanas previas al atentado, la policía había recibido varias amenazas de grupos anarquistas que anunciaban su intención de acabar con la vida del monarca. A pesar de ello, Alfonso XIII decidió continuar con su agenda pública y realizar el recorrido previsto por la ciudad.
En el momento en el que el coche real se encontraba en la esquina de la calle Mayor con la calle de la Sal, dos hombres lanzaron una bomba contra el vehículo. El impacto fue tan fuerte que causó la muerte de varias personas y numerosos heridos. Sin embargo, el rey resultó ileso gracias a la rápida intervención de uno de sus escoltas que se cubrió con su cuerpo para protegerlo.
Tras el atentado, la policía inició una intensa investigación para dar con los responsables. Finalmente fueron detenidos varios anarquistas que confesaron su participación en los hechos. El líder del grupo, Mateo Morral, fue considerado el autor material del ataque y se suicidó antes de ser capturado.
El Atentado a Alfonso XIII puso de manifiesto la preocupación de la sociedad española por la inseguridad y la violencia que azotaba al país en aquel momento. Además, generó un fuerte debate sobre el papel de la monarquía en el gobierno de España y la necesidad de adoptar medidas para prevenir este tipo de actos violentos en el futuro.