La conversión de Recaredo fue un hecho histórico protagonizado por el rey Recaredo del Reino Visigodo, quien abrazó el cristianismo, convirtiéndose en el primer monarca cristiano de la Hispania. Esta conversión sucedió en el año 587, durante el tercero Concilio de Toledo.
Recaredo fue coronado rey de los Visigodos en 586 y, en el Concilio de Toledo de 587, oficialmente abrazó la fe de la Iglesia Católica. La impresión de Recaredo sobre los obispos reunidos fue tan profunda que el rey fue bautizado durante el Concilio. Esto llevó a la conversión de toda la población visigoda.
La conversión de Recaredo tuvo un gran impacto político y religioso. El rey unificó a la Hispania, ya que los reyes cristianos estaban unidos a la Iglesia Católica y a la misma fe. Esta conversión también contribuyó a la unificación de la península ibérica, ya que los reyes cristianos trabajaron para extender el cristianismo a los territorios aún no cristianizados.
La conversión de Recaredo fue uno de los eventos más significativos en la historia de la España visigoda. El rey comenzó una nueva era para los visigodos, uniendo a la Hispania bajo una sola religión. Esta fue una de las primeras etapas para la formación de la moderna España.