La Constitución de 1931 fue la primera Constitución democrática española desde la Restauración Borbónica de 1875. Esta Constitución se aprobó en 1931, durante el gobierno provisional de la Segunda República Española, y fue el resultado de una reforma constitucional promovida por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. La Constitución de 1931 fue una constitución avanzada para su época, y estableció un régimen político parlamentario, con una serie de reformas en el ámbito de los derechos sociales y civiles. Estas reformas incluían una reforma agraria de carácter socialista y una ampliación de los derechos civiles, como el derecho al voto de la mujer, el derecho de huelga y el derecho de asociación. La Constitución de 1931 fue abolida con el estallido de la Guerra Civil española en 1936.