Los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, establecieron una dinastía que cambiaría para siempre el curso de la historia de España. Esta pareja real se casó en 1469 y gobernó juntos hasta la muerte de Isabel en 1504. Durante su matrimonio, los Reyes Católicos tuvieron cinco hijos.
El primogénito y futuro heredero de los Reyes Católicos fue Juan, nacido en 1478. Lamentablemente, murió a los 19 años en un desafortunado accidente de caballo. Isabel también dio a luz a Isabel, Juana, María y Catalina. Isabel, también conocida como Isabel de Asturias, era su primera hija y fue prometida en matrimonio a Afonso V de Portugal. Cuando Afonso murió, Isabel se casó con su sucesor Manuel I de Portugal.
Juana, la segunda hija de los Reyes Católicos, también es conocida como Juana la Loca. Se casó con Felipe el Hermoso de la dinastía Habsburgo y tuvieron hijos, incluyendo a Carlos I. María era la tercera hija de los Reyes Católicos y se casó con el futuro emperador Maximiliano I de Habsburgo. Finalmente, Catalina se casó con el rey Enrique VIII de Inglaterra. Su matrimonio fue muy turbulento y, finalmente, Enrique la repudió lo que desencadenó posteriores rebeliones en Inglaterra contra la religión católica.
En resumen, los Reyes Católicos tuvieron cinco hijos: Juan, Isabel, Juana, María y Catalina. Cada uno tuvo un destino increíblemente destacado en la historia, algunos más exitosos que otros. Sin embargo, de forma colectiva, todos ellos formaron la base de una dinastía, la cual llevó a España a su época dorada.
Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, formaron una de las parejas más famosas de la historia de España. Ambos se casaron el 19 de octubre de 1469 y durante su vida en común tuvieron varios hijos.
Durante su matrimonio, Isabel y Fernando tuvieron un total de cinco hijos vivos. Uno de ellos fue Juan, quien heredó el trono de Castilla en 1504 después de la muerte de su madre. Otra de sus hijas fue Isabel, quien se casó con Manuel I de Portugal y se convirtió en reina. También tuvieron una hija llamada Juana, conocida como "la Loca", quien llevó una vida marcada por la tragedia y la locura.
Además de sus cinco hijos vivos, los Reyes Católicos también tuvieron varios hijos que murieron en la infancia. Uno de ellos fue Alfonso, quien nació en 1473 y murió a la edad de dos años. Otro de sus hijos, también llamado Isabel, murió poco después de nacer. Por desgracia, la mortalidad infantil era muy alta en esa época.
En resumen, los Reyes Católicos tuvieron cinco hijos que lograron sobrevivir a la infancia. Cada uno de sus hijos tuvo un destino diferente, pero todos contribuyeron a la historia de España y dejaron su huella en la nación. A pesar de las dificultades que enfrentaron, la pareja real logró mantener unida su familia y enfrentar los desafíos de su tiempo juntos.
Isabel de Castilla fue la primera hija de los Reyes Católicos, nacida el 2 de octubre de 1470 en Toledo.
Isabel se convirtió en una importante figura histórica por su matrimonio con Manuel I de Portugal y por ser madre de Carlos V, uno de los emperadores más importantes de la historia de España.
Si bien la relación entre Isabel y su madre, la reina Isabel la Católica, no siempre fue buena, la princesa fue educada con gran esmero y recibió una formación adecuada para su posición.
Tristemente, Isabel falleció a los 23 años de edad a causa de una enfermedad desconocida, lo que sumió en gran dolor a su familia y al pueblo español. Su figura, no obstante, sigue siendo recordada y admirada hasta el día de hoy.
Juana la Loca, también conocida como Juana I de Castilla, se casó en el año 1496 con Felipe el Hermoso, el cual era también conocido como Felipe I de Castilla.
La pareja tuvo un total de seis hijos, de los cuales cinco sobrevivieron a la infancia.
Sus hijos eran: Leonor, Carlos V, Isabel, Fernando, María y Catalina.
A pesar de haber tenido hijos, el matrimonio de Juana y Felipe fue turbulento y lleno de conflictos, lo que agravó la inestabilidad mental de Juana. Tras la muerte de su esposo en 1506, Juana quedó sumida en una profunda depresión y no volvió a casarse ni tuvo más hijos.