La llegada de los bizantinos a España fue un evento importante en la historia de la península ibérica. Aunque no se sabe con certeza cuándo sucedió, se cree que fue alrededor del siglo V, después de la caída del Imperio Romano de Occidente.
Los bizantinos eran una cultura poderosa e influyente que dominó la región mediterránea durante siglos. Su llegada a España trajo consigo una serie de cambios significativos, tanto en la política como en la cultura.
Se sabe que los bizantinos establecieron una serie de colonias en territorios españoles, especialmente en el sur de la península, donde fundaron ciudades como Málaga y Cartagena. Además, introdujeron elementos culturales y tecnológicos que influenciaron la región de manera significativa.
La llegada de los bizantinos a España también tuvo importantes consecuencias políticas. Los bizantinos mantuvieron una estrecha relación comercial y diplomática con los visigodos, que dominaban gran parte de la península en el momento de su llegada. Esta alianza permitió a los bizantinos expandir su influencia en la región.
A pesar de su importancia histórica, se sabe muy poco acerca de los detalles exactos de la llegada de los bizantinos a España. Sin embargo, su influencia en la cultura, la política y la región mediterránea en general no puede ser subestimada.
Los bizantinos ocuparon la península ibérica a mediados del siglo VI, tras la caída del Imperio Romano de Occidente. Su dominio se extendió desde las costas mediterráneas hasta el interior de la península en distintos periodos de tiempo.
En la zona sur, los bizantinos establecieron su capital en la ciudad de Cartagena, y desde allí controlaron las provincias de Murcia, Alicante y Almería. También ocuparon el archipiélago balear, incluyendo las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera.
En la zona este, los bizantinos llegaron a establecerse en algunas ciudades costeras de la actual provincia de Tarragona, como Tortosa y Tarragona. Además, ocuparon el entorno del delta del Ebro, incluyendo la ciudad de Balaguer.
Aunque su dominio en la península ibérica duró poco tiempo, los bizantinos tuvieron una influencia significativa en la zona, dejando su huella en la arquitectura, la religión y la cultura en general. En definitiva, la presencia bizantina en España fue breve pero intensa, y dejó una huella en la historia de la península ibérica que aún se puede apreciar hoy en día.
La expulsión de los bizantinos en España fue llevada a cabo por los visigodos, un pueblo germánico que invadió la península ibérica en el siglo V. Los bizantinos habían establecido en el sur de España algunas ciudades importantes, como Málaga y Cartagena, pero estas fueron finalmente conquistadas por los visigodos.
La presencia bizantina en España se debió a la lucha que mantenían contra los vándalos en el norte de África, y que les llevó a establecer bases en la península. Sin embargo, los visigodos no toleraban la presencia de otros pueblos en su territorio y realizaron varias incursiones militares para expulsar a los bizantinos.
Los visigodos contaban con un ejército bien organizado y equipado, lo que les permitió enfrentarse a los bizantinos con éxito. Además, también contaban con el apoyo de la población hispanorromana, que veía en ellos una oportunidad de librarse del dominio bizantino.
En definitiva, fueron los visigodos quienes expulsaron a los bizantinos en España, acabando así con su breve presencia en la península ibérica. Este hecho supuso un importante paso en el proceso de consolidación del poder visigodo en la península y en la definición del territorio que posteriormente sería conocido como España.
La época bizantina tuvo lugar desde el siglo IV hasta el siglo XV en la historia de los pueblos del Imperio Romano de Oriente.
La época bizantina se caracterizó por ser un tiempo de transición, donde la cultura clásica griega y romana se combinó con la cultura cristiana, y se produjeron importantes avances en el desarrollo del arte, la literatura, la ciencia y la filosofía.
Uno de los eventos más destacados durante la época bizantina fue la construcción de la Basílica de Santa Sofía, que se terminó en el año 537. Este edificio se convirtió en una obra maestra arquitectónica y un símbolo de la riqueza y el poder del Imperio.
A pesar de que la época bizantina tuvo una duración de más de mil años, su fin llegó cuando Constantinopla fue tomada por los turcos otomanos en el año 1453, dando lugar al fin del Imperio Romano de Oriente y el inicio de una nueva época en la historia mundial.
En la Península Ibérica durante el siglo VII, los bizantinos controlaban algunas partes del territorio.
Sin embargo, un pueblo árabe conocido como los musulmanes se expandió rápidamente y comenzó a luchar contra los bizantinos en la península ibérica.
Finalmente, los musulmanes consiguieron expulsar a los bizantinos de la Península Ibérica, lo que marcó el comienzo de la conquista musulmana de España.
Este hecho histórico es un importante hito en la historia de la Península Ibérica y ha sido estudiado por muchos historiadores y estudiosos a lo largo de los siglos.