La historia de Roma es una de las más fascinantes de la Edad Antigua. Esta ciudad-estado se fundó en el siglo VIII a.C. en la región del Lacio, en la península itálica. Sin embargo, no fue hasta el siglo III a.C. que Roma se convirtió en una verdadera potencia.
La República Romana, que duró desde el siglo V a.C. hasta el siglo I a.C., fue un periodo de crecimiento y expansión para Roma. Durante este tiempo, Roma luchó contra las tribus vecinas y se expandió por toda Italia. También estableció una serie de leyes, instituciones y tradiciones que sentaron las bases de la cultura romana.
En el siglo I a.C., Julio César se convirtió en el dictador de Roma y comenzó a transformar el sistema político y social. Gracias a él, Roma estableció un imperio y conquistó gran parte de Europa y el norte de África. Roma también se convirtió en el centro del mundo occidental y adoptó el latin como idioma oficial.
El Imperio Romano duró desde el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C. Durante este tiempo, Roma continuó su expansión y conquistó gran parte del mundo conocido. También se produjeron importantes avances en la arquitectura, la filosofía, la literatura y la ciencia. Sin embargo, también hubo conflictos internos, crisis políticas y guerras civiles que llevaron al colapso del Imperio Romano de Occidente en el siglo V.
A pesar de su caída, la influencia de Roma permaneció en Europa y el mundo mediterráneo durante siglos después. El latin se convirtió en la lengua de la Iglesia Católica y la cultura romana influyó en la política, la ley y la literatura. De hecho, muchos de los principios y valores de la cultura occidental se basan en la herencia romana.