La Hispania visigoda es un periodo de la historia de España que abarca desde la invasión del territorio por parte de los visigodos en el año 418, hasta la conquista musulmana en el año 711. Durante este tiempo, los visigodos construyeron una sociedad y una cultura propia que dejaron su huella en España.
Los visigodos trajeron consigo una tradición propia, su lengua, costumbres y religión, que se mezclaron con la cultura hispano-romana existente. La religión predominante en esa época era el arrianismo, pero en el siglo VI se inició un proceso de conversión al catolicismo y se estableció como religión oficial. Los reyes visigodos desempeñaban un papel importante en la iglesia y estaban comprometidos con la conversión y la difusión de la fe católica.
Durante este periodo, el territorio de la Península Ibérica se dividió en varios reinos visigodos, que tuvieron diferentes fortunas en cuanto a su supervivencia y poder. El rey Leovigildo (s. VI) logró unificar gran parte del territorio y estableció su capital en Toledo, que se convirtió en un importante centro de poder político y religioso.
Los visigodos también dejaron un importante legado arquitectónico, con la construcción de iglesias y palacios que fueron decorados con ricos mosaicos y esculturas. Además, destacan los códices iluminados, manuscritos con decoraciones a mano que contenían obras literarias, religiosas e históricas.
La Hispania visigoda tuvo su fin con la invasión del ejército musulmán en 711 y con la derrota del último rey visigodo, Rodrigo, en la Batalla de Guadalete. A partir de ese momento, se inició un nuevo periodo histórico en España, la época musulmana, que duró casi ocho siglos.
En definitiva, la Hispania visigoda fue un periodo importante en la historia de España que dejó un legado que aún puede ser apreciado en las diversas disciplinas culturales, artísticas y religiosas. Un periodo en el que se construyó y se unió gran parte de la península ibérica bajo su égida y que aportó notables logros culturales y políticos.
Los visigodos fueron un pueblo germánico que llegó a la península ibérica en el siglo V después de la caída del Imperio Romano de Occidente. Establecieron un reino que duró hasta la invasión musulmana en el 711.
Los visigodos eran una sociedad guerrera organizada en clanes. Tenían un sistema monárquico en el que el rey era elegido por los nobles y su poder era limitado por una asamblea conocida como el folkmoot. Su religión predominante era el arrianismo, una rama cristiana considerada herética por la Iglesia católica.
Bajo el gobierno de Leovigildo en el siglo VII, los visigodos lograron unificar gran parte de la península ibérica y establecer un código legal conocido como el Código de Leovigildo. Sin embargo, su reino comenzó a debilitarse por las luchas internas y las invasiones de otros pueblos germánicos.
A pesar de su corta presencia en la península ibérica, los visigodos dejaron un legado en la arquitectura, la literatura y la cultura. Algunos ejemplos notables son la iglesia de San Juan de Baños, una joya de la arquitectura visigoda, el Cantar de mío Cid, uno de los más grandes poemas épicos medievales, y el libro de los jueces de Toledo, una colección de leyes tardorromanas.
Los visigodos llegaron a Hispania en el año 415 d.C. Su llegada fue posible gracias a los acuerdos entre el Rey visigodo Ataulfo y el Emperador Romano de Occidente, Honorio. Este acuerdo garantizaba la entrega de tierras para los visigodos a cambio de su ayuda en la defensa del Imperio Romano.
Antes de su llegada a Hispania, los visigodos eran un grupo nómada que habitaba en Europa Oriental. Sin embargo, la presión de los hunos obligó a los visigodos a buscar nuevos lugares para asentarse. Fue entonces cuando Ataulfo aprovechó la oportunidad de llegar a Hispania y establecerse en tierras ya conquistadas por los romanos.
Una vez en Hispania, los visigodos fueron absorbidos poco a poco por la cultura romana, pero mantuvieron su propia identidad y tradiciones. Durante su estancia en la península ibérica, los visigodos se convirtieron al cristianismo y establecieron su propio reino, que duró hasta la llegada de los árabes en el siglo VIII.
La España visigoda fue conocida por varios nombres a lo largo de su historia. Uno de ellos fue Hispania, nombre que se le había dado durante la época romana. Sin embargo, cuando los visigodos llegaron a la península ibérica, comenzaron a llamarla Tarragonensis, en honor a su capital Tarragona.
Con el paso del tiempo, la España visigoda se dividió en varios reinos, y cada uno adoptó su propio nombre. Por ejemplo, el reino visigodo de Toledo fue conocido como Tolitana, mientras que el reino de Mérida fue llamado Mirandensis.
Además, la España visigoda también fue llamada Gothia, en referencia al origen germánico de los visigodos. Este nombre era utilizado tanto por los propios visigodos como por los historiadores de la época.
La llegada de los Visigodos a Hispania se produjo durante el siglo V d.C., cuando las tribus germanas estaban causando estragos en toda Europa. Los visigodos, liderados por su rey Alarico, llegaron a la península ibérica en el año 409 d.C., como consecuencia de la caída del Imperio Romano de Occidente.
Para ese entonces, los romanos ya habían establecido su presencia en Hispania desde el año 218 a.C., y habían construido un sistema de gobierno y administración que se mantuvo estable durante siglos. Sin embargo, con la llegada de los visigodos la situación cambió drásticamente.
Los visigodos eran una tribu germana que había luchado contra Roma durante muchos años, y que finalmente logró establecerse en Italia. Sin embargo, tras la caída del imperio romano en 476 d.C., los visigodos se vieron obligados a trasladarse a Hispania en busca de un nuevo hogar.
Una vez en la península, los visigodos comenzaron a establecerse en diferentes partes del territorio, y rápidamente se mezclaron con la población hispana. Gracias a su habilidad militar y su capacidad para establecer alianzas con otras tribus germánicas, los visigodos lograron establecer un reino independiente en Hispania, el cual se conoció como el Reino Visigodo de Tolosa.