La Segunda República Española fue un período histórico que duró desde 1931 hasta 1939 en el que el país vivió una transición hacia un sistema político más moderno y democrático. La creación de esta república fue el resultado de un amplio movimiento social y político que se gestó a lo largo de los años 20 y 30.
El Partido Reformista de Melquíades Álvarez fue uno de los principales impulsores del cambio político en España. Este partido, fundado en 1908, buscaba una reforma política y social profunda que permitiera modernizar el país y superar el atraso económico y cultural en el que se encontraba. Álvarez planteaba la necesidad de una "revolución democrática" que permitiera la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones.
Otro de los actores fundamentales en la creación de la Segunda República Española fue la Alianza Republicana, una coalición de partidos políticos de tendencia republicana que se unieron con el objetivo de conseguir la proclamación de la república. Esta coalición estaba liderada por figuras como Manuel Azaña, Niceto Alcalá-Zamora y Santiago Casares Quiroga, entre otros.
Sin embargo, el hecho que finalmente precipitó la proclamación de la Segunda República Española fue la victoria electoral de la coalición de partidos republicanos en las Elecciones Municipales de 1931. Tras la victoria, se produjeron manifestaciones y protestas populares en todo el país exigiendo el fin de la monarquía y la instauración de la república. El rey Alfonso XIII decidió abandonar el país y el 14 de abril de 1931 se proclamó oficialmente la Segunda República Española.
En resumen, la creación de la Segunda República Española fue el resultado de un movimiento social y político que contó con la participación de diversos actores, entre los que destacaron el Partido Reformista de Melquíades Álvarez y la Alianza Republicana. No obstante, la proclamación oficial se debió a la victoria electoral de las fuerzas republicanas y las protestas populares en todo el territorio español.
La república española fue creada en medio de un período de agitación política y social en España. El proceso que llevó a su creación fue complejo e implicó la participación de muchos actores diferentes. Uno de los impulsores clave fue el líder del Partido Radical, Alejandro Lerroux, quien apoyó la proclamación de la república en 1931.
Antes de esto, habían habido varios intentos previos de establecer una república en España, como la fugaz Primera República de 1873-1874. Sin embargo, la república de 1931 fue la que tuvo mayor éxito y durabilidad. Esto se debió en parte a la extensión y consolidación de las fuerzas políticas republicanas, así como a la presión ejercida por las organizaciones sindicales y sociales.
Una vez proclamada la república, el gobierno provisional convocó a elecciones para constituir una Asamblea Constituyente y redactar una nueva Constitución para la nación. El resultado fue un periodo de intensa actividad legislativa y reforma social, que incluyó la aprobación del sufragio universal, la separación Iglesia-Estado y una serie de reformas laborales y agrarias.
A pesar de estos logros, la república española fue finalmente derrocada en 1936 tras el estallido de la Guerra Civil. Muchos factores contribuyeron a su caída, entre ellos las divisiones internas dentro del gobierno republicano y la oposición de sectores conservadores y militares. Sin embargo, su legado aún perdura y es recordado por muchos como un período de esperanza y reforma en la historia de España.
Emilio Mola fue el segundo presidente de la Segunda República Española. Nació en la localidad navarra de Placencia de las Armas en 1887. Este militar tuvo una importante carrera en el Ejército español, destacando en la Guerra de Marruecos.
Mola fue el líder del llamado “Alzamiento Nacional” que dio lugar a la Guerra Civil española. Tras el triunfo del bando sublevado, fue nombrado fiscal del Tribunal Supremo y, posteriormente, capitán general de la IV Región Militar.
Una curiosidad sobre Emilio Mola es que fue el artífice del famoso concepto “quinta columna”, que hace referencia a aquellos grupos que trabajan desde el interior del propio país para ayudar al enemigo. Este término se popularizó durante la Guerra Civil española y ha sido utilizado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia.