La corona de Castilla pasó de manos de Enrique IV a su hermanastra Isabel la Católica, quien con el apoyo de su esposo Fernando de Aragón logró consolidarse en el trono castellano. Sin embargo, la dinastía de los Trastámara continuó con Juan Segundo de Castilla, hijo de Isabel la Católica y Fernando de Aragón.
Este rey, también conocido como Juan de Aragón, gobernó sobre un reino consolidado y estable, gracias al buen gobierno de sus padres. No tuvo que lidiar con grandes conflictos bélicos ni políticos, lo que le permitió dedicarse a consolidar las instituciones del reino y a promulgar importantes leyes y normas.
Entre los logros más destacados de Juan Segundo de Castilla se encuentran la organización y reforma de la Justicia, mediante el establecimiento de tribunales y leyes claras y precisas. También se preocupó por el fortalecimiento de la economía y el comercio, incentivando la creación de gremios y mercados y aumentando los recursos para el fomento de la agricultura y la ganadería.
No obstante, la salud de Juan Segundo de Castilla comenzó a deteriorarse hacia el final de su reinado, lo que provocó una profunda preocupación entre sus seguidores y el pueblo en general. Fue sucedido por su hijo, Carlos I de España y V de Alemania, quien continuó la dinastía de los Habsburgo en la corona española.
Juan sin Tierra fue el rey de Inglaterra en el siglo XIII y fue sucedido por su hijo Enrique III.
La muerte de Juan sin Tierra en 1216 dejó un vacío de poder en Inglaterra. La regencia del reino recayó en William Marshal, uno de los más grandes caballeros de la época, quien supervisó la coronación de Enrique III a la edad de nueve años.
El reinado de Enrique III se caracterizó por la construcción de monumentos arquitectónicos, como la Abadía de Westminster y la Torre de Londres, y también por la persecución de los judíos y las tensiones con los barones. A pesar de los desafíos durante su gobierno, Enrique III gobernó Inglaterra durante un largo período de 56 años, desde 1216 hasta 1272.
El último rey de Castilla fue Juan II de Castilla, quien reinó desde 1406 hasta 1454.
Este monarca nació en Toro, Zamora, el 6 de marzo de 1405 y fue el segundo hijo del rey Enrique III de Castilla y de Catalina de Lancaster. A los 16 años, Juan II asumió el trono después de la muerte de su padre.
Durante su reinado, Juan II tuvo que luchar por mantener la autoridad real frente a la nobleza castellana y las pretensiones de su hijo Alfonso. Además, hubo una gran influencia de los Trastámara en la política castellana.
Finalmente, en 1453, Juan II se retiró a Medina del Campo y entregó la corona a su hijo Enrique IV. Murió un año después, el 20 de julio de 1454.
A pesar de sus dificultades, Juan II es recordado por su papel en la cultura y la educación en Castilla, ya que promovió la creación de la Universidad de Salamanca y fue mecenas de escritores y poetas de la época, entre ellos Juan Ruiz Arcipreste de Hita, autor de "El Libro del Buen Amor".
Después del fallecimiento de Juan II de Castilla en 1454, se abrió un período de incertidumbre en el reino de Castilla, ya que era necesario designar a su sucesor. A pesar de tener un hijo varón, Enrique IV, este no fue aceptado como heredero al trono de forma inmediata.
La sucesión de Juan II de Castilla tenía varias opciones a considerar. En un primer momento, se consideró la opción de que el heredero fuese su nieto, Alfonso V de Portugal. Sin embargo, debido a la oposición de la nobleza castellana y de la propia reina madre, Isabel de Portugal, esta opción se descartó.
Finalmente, la sucesión recayó en Enrique IV, único hijo varón de Juan II de Castilla, quien fue coronado como rey de Castilla en 1454. A pesar de la oposición de algunos sectores de la nobleza, Enrique IV logró mantenerse en el trono durante varios años, aunque su reinado estuvo marcado por conflictos y alianzas políticas complejas.
En definitiva, fue Enrique IV quien sucedió a Juan II de Castilla en el trono, después de un período de incertidumbre y de valorar distintas opciones para la sucesión. Su reinado, aunque no exento de controversias, es considerado como una etapa importante en la historia política y cultural de Castilla durante el siglo XV.
Juán de Inglaterra fue el quinto rey de la Casa de Plantagenet y sucedió a su hermano mayor Ricardo I en 1199. En un principio, fue considerado un buen rey gracias a su éxito en la conquista de Gascuña, pero pronto surgieron problemas debido a su carácter volátil y su falta de habilidades políticas.
El primer gran problema de Juán llegó en 1204 cuando perdió Normandía ante el rey Felipe II de Francia. Este desastre fue seguido por un descontento creciente en su propio reino, en gran parte por el excesivo gasto de Juán en guerras fracasadas y por las altas tasas de impuestos que impuso para financiarlas.
En 1215, los barones Ingleses, hartos del comportamiento del rey y empoderados por una serie de victorias militares en Francia, se rebelaron contra él. Esta revuelta culminó en la firma de la Magna Carta, en la cual el rey se comprometió a respetar ciertas libertades y derechos civiles. Juán incumplió rápidamente esta promesa, lo que llevó a una nueva guerra civil que se prolongaría incluso después de su muerte.
El rey Juán murió el 18 de octubre de 1216, presumiblemente a causa de una enfermedad. Su hijo Enrique III tomó el relevo y logró instaurar cierta estabilidad en el reino a pesar de los problemas heredados de su padre.