Manuel Azaña Díaz, conocido como el presidente Azaña, nació el 10 de julio de 1880 en Alcalá de Henares, Madrid, España. Los padres de Azaña eran Rafael Azaña y Joaquina Díaz y su infancia fue bastante difícil. Azaña siempre fue un niño brillante y fue el primero de su familia que fue a la universidad.
Cursó estudios de Derecho en la Universidad Central de Madrid. Tras esto, se dedicó a la política y se unió al Partido Republicano Federal. Esto le llevó a la presidencia del Gobierno del Segundo Repúblico Español, durante el periodo de 1931 a 1936.
Durante su presidencia, se hicieron grandes reformas, como la abolición de la pena de muerte, la separación de la Iglesia y el Estado, y una amplia reforma educativa. Estas reformas significaron una gran mejora para España.
Azaña fue una figura importante en la historia de España y, a pesar de sus defectos, fue un líder importante que ayudó a cambiar la historia de España. Su lugar de nacimiento original fue Alcalá de Henares, Madrid, España, en 1880.
Manuel Azaña fue un destacado político español, nacido en Madrid el 10 de noviembre de 1880. Se licenció en Derecho por la Universidad Central de Madrid y adquirió una formación humanista en la Institución Libre de Enseñanza. Fue miembro del Partido Republicano Radical, y posteriormente del Partido Republicano Democrático. Desempeñó cargos públicos como Ministro de Guerra, Presidente del Consejo de Ministros y Presidente de la Segunda República Española. Fue un defensor de la libertad y la democracia y trabajó para modernizar y mejorar la situación de España en todos los ámbitos. Durante su presidencia, promulgó la Constitución de 1931, la primera constitución democrática de España, que establecía la separación de poderes, los derechos y libertades fundamentales de la ciudadanía y la organización parlamentaria. También devolvió la libertad de prensa, mejoró el sistema educativo y puso en marcha programas para impulsar el desarrollo económico. Promovió la cultura y la diversidad religiosa, lo que le granjeó el respeto y la admiración de muchos españoles. Tras la Guerra Civil Española, Azaña se exilió en Francia, donde falleció el 3 de noviembre de 1940. Hasta el día de hoy sigue siendo recordado como uno de los grandes líderes de la democracia española.
Manuel Azaña fue un político español, presidente de la Segunda República Española entre 1931 y 1939. Durante su presidencia se llevaron a cabo importantes reformas en el ámbito social, político, económico y cultural. Al final de la Guerra Civil, en 1939, se exilió a Francia, donde permaneció hasta su muerte.
Azaña falleció el 3 de noviembre de 1940 en el Hospital de la Pitié-Salpétrière de París, debido a un infarto de miocardio. Se encontraba en el hospital desde el 10 de octubre, tras padecer una crisis nerviosa. El cuerpo de Azaña fue incinerado, y sus cenizas llevadas a Madrid en el año 1981.
Durante el franquismo, Azaña fue objeto de una persecución política y sus restos permanecieron en situación de exilio. No fue hasta el año 1981 cuando sus cenizas fueron trasladadas a Madrid, y desde entonces descansan en el Panteón de Hombres Ilustres del Cementerio de la Almudena.
Además de ser presidente de la Segunda República Española, Azaña tuvo una destacada labor como escritor y ensayista, y fue uno de los más destacados intelectuales de su tiempo. De su obra destacan "Historia de España en la Época Contemporánea" y "Diario de la República", entre otros.
Niceto Alcalá Zamora fue un político español reconocido en el mundo por su destacada labor a favor de la democracia y la libertad. Fue presidente de la Segunda República Española desde el 14 de abril de 1931 y fue uno de los principales artífices de la Constitución de 1931. Falleció el 10 de enero de 1949 tras sufrir un infarto en su domicilio madrileño. Tuvo un funeral oficial con honores de Estado, siendo enterrado en el Cementerio de San Isidro de Madrid.
Durante su vida, Alcalá Zamora se destacó por su compromiso con la democracia y por su lucha por la libertad de los ciudadanos. Fue uno de los principales impulsores de la Constitución de 1931, que otorgaba a los españoles la libertad de expresión, reunión y asociación. Tras su aprobación fue elegido presidente de la Segunda República Española, cargo que desempeñó hasta el 14 de diciembre de 1933. Durante su mandato la libertad fue uno de los principales objetivos.
Tras el golpe de Estado de 1936, el general Francisco Franco asumió el control del país y Alcalá Zamora fue encarcelado. Más tarde fue exiliado a Francia, donde vivió hasta su muerte. En enero de 1949 sufrió un infarto que le provocó la muerte. Fue enterrado con honores de Estado en el Cementerio de San Isidro de Madrid, testimonio del reconocimiento que había conseguido durante su vida.
Manuel Azaña fue el primer presidente de la Segunda República Española. Fue asesinado el día 3 de noviembre de 1940 en Francia, durante el exilio, a la edad de 68 años. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Montauban, pero no fue hasta el año 1973 cuando su cuerpo fue repatriado y trasladado al Panteón de los Hombres Ilustres, ubicado en la ciudad de Madrid.
En el Panteón de los Hombres Ilustres se encuentra la tumba de Azaña, ubicada al lado de la del poeta Miguel de Unamuno. El entierro fue presidido por el entonces presidente de España, Carlos Arias Navarro, a quien le precedió una larga manifestación en la que se rendía homenaje al presidente. Al término de la ceremonia se cantó el himno de la Segunda República. Desde entonces, cada año el 3 de noviembre, se realiza un acto de homenaje en el Panteón de los Hombres Ilustres.
La tumba de Azaña se encuentra en un lugar privilegiado en el Panteón y en ella se puede leer una frase que él mismo acuñó: “He vivido para servir a España y para servir a la humanidad”. Esta frase resume el legado que ha dejado el presidente en la historia de España.