La Mesta era una organización creada en Castilla en el siglo XIII con el objetivo de regular la trashumancia, que es el desplazamiento de animales de una zona a otra. Esta tradición de trashumancia se realizaba principalmente con ovejas y se llevaba a cabo en ciclos anuales, lo que permitía a los pastores aprovechar mejor los pastos de distintas zonas del país.
Aunque la Mesta contaba con importantes privilegios y poderes para controlar la trashumancia, la organización también cumplía una función social y económica. Por ejemplo, los pastores integrantes de la Mesta eran responsables de la producción de lana, que era uno de los principales productos de exportación de Castilla a Europa.
En el siglo XVI, la Mesta perdió su poder y dejó de existir como organización. Esto se debió en gran parte a los conflictos que surgieron entre los pastores y los agricultores, quienes veían a la trashumancia como una amenaza para sus cultivos. Además, los avances tecnológicos, como la introducción de la siega mecánica, facilitaron la producción de lana en otras regiones de Europa.
A pesar de su desaparición, la Mesta sigue siendo un importante legado cultural y económico para España. La trashumancia, que era controlada por la organización, sigue siendo una actividad relevante en algunas zonas del país y la lana de oveja sigue siendo un producto de importancia durante el año.