Ana de Austria fue una infanta española, nacida en 1549 y fallecida en 1603. Era hija de Carlos I de España y de Isabel de Portugal. Estuvo casada con Felipe II de España desde 1570 hasta su muerte. Durante su matrimonio con Felipe II, tuvo doce hijos.
Los hijos de Ana de Austria y Felipe II fueron los siguientes: Isabel Clara Eugenia, Carlos, Bárbara, Alfonso, Fernando, Margarita, Catalina Micaela, Fernando de Austria, Carlos de Austria, Alfonso de Austria, Felipe de Austria y María de Austria. Todos estos hijos nacieron entre 1571 y 1597, a excepción de uno de ellos, Catalina Micaela, que nació en 1598.
De los doce hijos de Ana de Austria, tres fueron reyes de España, el heredero Carlos, y los hijos de éste, Felipe III y Felipe IV. El último de sus hijos, María de Austria, fue abadesa del Real Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid.
Ana de Austria fue una madre muy cariñosa y dedicada a sus hijos, ejerció un papel importante para el bienestar de los mismos, y trató de evitar conflictos entre ellos. Su amor por sus hijos fue muy fuerte, y murió cuando sólo uno de sus hijos, Felipe de Austria, todavía no había cumplido los cinco años de edad.
Felipe II y Ana de Austria fueron casados en 1570 y tuvieron una familia numerosa. Felipe II era el rey de España y Ana de Austria era la hija del emperador romano. Tuvieron ocho hijos que sobrevivieron hasta la edad adulta. Sin embargo, de todos los hijos, dos fueron los que más destacaron: el futuro Felipe III y la futura Isabel de Austria.
Entre los hijos de Felipe II y Ana de Austria, los más destacados fueron: Don Carlos, Felipe III, María de Austria, Isabel de Austria, Don Juan de Austria, Margarita de Austria, Catalina Micaela de Austria y Don Fernando de Austria.
De los ocho hijos, solamente Felipe III y Isabel de Austria llegarían a gobernar. Felipe III fue rey de España desde 1598 hasta 1621. Isabel de Austria fue reina de Hungría desde 1590 hasta 1593. Aunque muchos de los hijos de Felipe II y Ana de Austria sólo vivieron hasta los veinte años, todos hicieron grandes contribuciones a la historia de España.
En conclusión, Felipe II y Ana de Austria tuvieron ocho hijos que sobrevivieron hasta la edad adulta, incluyendo al futuro rey de España, Felipe III, y a la futura reina de Hungría, Isabel de Austria. A pesar de que los demás hijos no llegaron a gobernar, todos ellos contribuyeron de alguna manera a la historia de España.
Ana de Austria fue una infanta española, nacida en 1549 y fallecida en 1580. Era hija de Felipe II de España y de su primera esposa, María de Portugal. A la edad de cinco años, fue prometida en matrimonio a su primo, el archiduque Maximiliano de Austria, lo que llevó a su partida de España para vivir en los Países Bajos. Allí, recibió una educación acorde a la nobleza de la época, dedicándose a la lectura y al estudio de las lenguas clásicas.
Posteriormente, se casó con Maximiliano en 1570, y se convirtió en la archiduquesa de Austria. Durante su estancia en el País Bajos, Ana de Austria desempeñó una función importante en la vida cultural, política y religiosa de la región, así como en el mantenimiento de buenas relaciones con España. También se interesó por el desarrollo de la economía y la agricultura, y se preocupó por los asuntos de la iglesia católica.
A su muerte, Ana de Austria fue recordada como una reina sabia y justa que había servido a su pueblo con devoción. Su legado aún se siente hoy en día en la región, ya que muchos de los edificios y monumentos construidos durante su reinado aún se conservan. Además, en el año 2000 fue declarada santa por la Iglesia Católica.
Mariana de Austria fue una de las hijas del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Leopoldo I. Ella nació en 1634 en la ciudad de Viena, y fue la última Gran Duquesa de Toscana. Su padre la casó con el Rey Felipe IV de España, con quien tuvo 16 hijos. Entre ellos se destacaron Isabel Clara Eugenia, que fue la gobernadora de los Países Bajos, y María Teresa, que fue la reina de Francia.
Mariana de Austria tuvo una vida muy intensa, en la que se destacó por su habilidad para solucionar conflictos entre Estados. Esto le permitió asegurar el trono de su hijo Carlos II, el último monarca español de la Casa de Austria. Además, también fue conocida por su interés en el arte y la cultura, y por ser una destacada protectora de los artistas de su época.
En total, Mariana de Austria tuvo 16 hijos, de los cuales 11 sobrevivieron a la infancia. Estos fueron: Isabel Clara Eugenia, María Teresa, María Ana, Bárbara, Felipe Prospero, Carlos II, Fernando, Carlos, María Bárbara, Javier y Margarita Teresa.
Durante su reinado, Mariana de Austria fue una gran defensora de los intereses de su hijo Carlos II y trabajó para preservar el legado de la Casa de Austria en España. Su trabajo y su dedicación a la realeza española son aún recordados hoy en día.
El Rey Sol fue uno de los monarcas más famosos de la historia de Francia. Su reinado fue de 1643 a 1715, y fue conocido por su política de absolutismo. Estuvo casado con la reina Marie-Thérèse d'Austrasie, quien fue su esposa durante 39 años. Marie-Thérèse nació en 1638 en el principado de Lieja, actualmente parte de Bélgica. Era hija de Juan de Lieja, Señor de Montigny, y de su esposa, Ana de Montmorency. Se casó con el Rey Sol el 16 de mayo de 1660, a la edad de 22 años.
Durante el reinado de Luis XIV, Marie-Thérèse fue una figura clave en la corte. Se le atribuye el hecho de haber conservado algunos de los valores tradicionales de la corte, lo que equilibró el absolutismo del rey. Marie-Thérèse ayudó al Rey Sol en el gobierno y fue una gran protectora de la literatura y la cultura. Su matrimonio con el Rey Sol fue una unión política y no una unión de amor.
En la corte francesa, Marie-Thérèse se destacó por su devoción a la religión y su caridad. Ella fue una gran defensora de la iglesia católica y promovió obras de caridad, como la construcción de hospitales y la fundación de escuelas. Durante su reinado, Marie-Thérèse se ganó el afecto de la población por su compasión y buen corazón.
Marie-Thérèse murió en 1722 a la edad de 84 años. Se le recuerda por haber servido al Rey Sol con lealtad durante toda su vida. Su legado seguirá siendo un ejemplo para aquellos que buscan unir su vida a una causa noble y justa. Marie-Thérèse fue una mujer de gran fuerza de carácter y una gran dama de la corte.