Valencia fue conquistada por el ejército cristiano el 28 de junio de 1238. La ciudad estaba controlada por los musulmanes desde el año 714, cuando se convirtió en un estado independiente, y desde entonces había estado bajo el dominio de los omeyas. Aunque la ciudad había sido anteriormente conquistada por los cristianos en el año 1094, esta conquista no fue permanente y los musulmanes recuperaron su control poco tiempo después.
La conquista definitiva de Valencia fue liderada por el Rey Jaume I, quien dirigió un gran ejército cristiano a la ciudad. El ejército llegó a Valencia el 15 de junio de 1238, y tras una campaña de asedio de 13 días, el 28 de junio, las murallas de la ciudad fueron derribadas. Esta conquista marca el inicio de la dominación cristiana sobre la ciudad que duraría hasta el siglo XIX.
Aunque la ciudad fue conquistada por Jaume I en 1238, la reconquista del resto de la provincia de Valencia continuaría hasta el año 1245. Durante este periodo, las ciudades de Sagunto, Xàtiva, Alicante, Alcoi y Játiva fueron todas tomadas por el ejército cristiano.
La conquista de Valencia en 1238 fue un momento decisivo en la historia de España. Esta conquista no solo marcó el comienzo del control cristiano sobre la ciudad, sino que también abrió el camino para la reconquista de toda la región. Esta fue una conquista que cambió para siempre la historia de la región y que fue celebrada por los cristianos durante siglos.
El Reino de Valencia fue conquistado por Jaime I, el Conquistador, el 17 de septiembre de 1238. Se cree que esta conquista fue uno de los principales eventos que marcó el comienzo de la España moderna. El Reino de Valencia se convirtió así en uno de los reinos de la Corona de Aragón, junto con Cataluña y Aragón.
Durante los siguientes 30 años, el Reino de Valencia estuvo bajo el control de Jaime I. Durante este tiempo, se establecieron nuevas leyes, se construyeron varios castillos y se crearon nuevos puertos para fortalecerlo. La economía también se vio beneficiada por la expansión comercial que permitió el nuevo control.
A lo largo de los siglos, el Reino de Valencia se expandió. En 1479, con la unión de los reinos de Aragón y Castilla, el reino se hizo parte de la nueva Corona de España. A partir de entonces, el Reino de Valencia se convirtió en una de las regiones más ricas y prósperas del país.
En el siglo XIX, el Reino de Valencia fue la región más moderna de España, con una industria avanzada y una economía próspera. Sin embargo, en 1936, la Guerra Civil española estalló y el reino fue uno de los principales campos de batalla. La guerra terminó en 1939 y los habitantes de Valencia se vieron obligados a volver a reconstruir el reino.
El Reino de Valencia se ha convertido hoy en día en una de las regiones más ricas y modernas de España. Está compuesto por la provincia de Valencia, la provincia de Castellón y la provincia de Alicante. Es una región con una gran riqueza cultural y una de las más visitadas de España.
El Reino de Valencia fue uno de los tres reinos cristianos de la Corona de Aragón. Estaba ubicado al sureste de la península ibérica y fue conquistado por el rey Jaime I el Conquistador durante el siglo XIII. Jaime I también fue el responsable de la conquista de Mallorca, Menorca e Ibiza.
Durante su reinado, Jaime I logró establecer el reino cristiano de Valencia. Esta conquista tuvo como objetivo establecer una línea de defensa contra los musulmanes de la zona. La toma de Valencia fue una de las principales acciones de Jaime I durante su reinado.
Su conquista fue una combinación de la fuerza militar y la diplomacia. El rey envió a una delegación a Valencia para negociar con el gobernante musulmán de la zona. Después de que la delegación regresó con una respuesta negativa, Jaime I decidió tomar la ciudad con la fuerza militar.
La toma de Valencia fue una de las acciones más importantes de Jaime I durante su reinado. Esta conquista permitió a los cristianos establecer una línea de defensa contra los musulmanes y consolidar el reino cristiano de Valencia. Esto marcó el comienzo de un periodo de unión y paz entre los cristianos y los musulmanes de la región, que duraría hasta que el reino fue anexado por los Reyes Católicos en 1492.