La Guerra de Sucesión Española, también conocida como Guerra de Sucesión de España, fue un conflicto militar que se desarrolló entre el año 1701 y el 1714, en el que los principales contendientes fueron los partidarios de la Casa de Austria y los de la Casa de Borbón. Esta contienda se desarrolló principalmente en el territorio español, aunque también se extendió a los Países Bajos, Italia y Portugal.
Los orígenes de esta guerra se remontan a la muerte del Rey Carlos II de España en 1700. Debido a la falta de descendencia de Carlos II, el trono se quedó sin heredero y se abrió una disputa entre los candidatos de la Casa de Austria y los de la Casa de Borbón.
Los partidarios de la Casa de Austria se basaron en la legitimidad dinástica para reclamar el trono español, mientras que los de la Casa de Borbón se apoyaron en la Ley de Devolución de 1713, que permitía a los monarcas borbónicos heredar el trono español.
Cabe señalar que los intereses políticos y económicos de los países europeos influyeron en esta disputa. Por un lado, Gran Bretaña, Holanda y Austria apoyaron a la Casa de Austria, mientras que Francia y Portugal respaldaron a la Casa de Borbón. Por otro lado, el desequilibrio de poder en Europa también fue una de las principales causas de esta contienda, ya que Gran Bretaña, Holanda y Francia buscaban ampliar sus territorios y poner fin al predominio español en el continente.
Al final, el Tratado de Utrecht firmado en 1713 reconoció a Felipe de Anjou, de la Casa de Borbón, como Rey de España. Este tratado puso fin a la Guerra de Sucesión Española y sentó las bases para el nacimiento de la Monarquía Hispánica.