Según la leyenda española, el rey que destierra al Cid es el rey Alfonso VI, conocido como el Rey Justiciero. Alfonso VI fue rey de León y Castilla entre 1072 y 1109. Su reinado estuvo marcado por varias guerras contra los musulmanes, algo que el Cid no estuvo de acuerdo. Esto provocó enfrentamientos entre ellos, que llevaron al rey a destituir al Cid de sus cargos y destinarlo al exilio. A pesar de esto, el Cid se ganó el respeto y la admiración de muchos españoles. El rey Alfonso VI fue conocido como el Rey Justiciero por la paz y el orden que trajo a las tierras conquistadas por él.
Aunque algunos de sus actos, como el destierro del Cid, no pueden ser considerados como justos, hay que reconocer que fue un gran rey. Logró derrotar a los musulmanes y unir el reino de León y Castilla. Esto fue un hito en la historia de España, ya que fue el inicio de la unificación de los reinos cristianos de la Península Ibérica. Finalmente, el nombre del rey que destierra al Cid es Alfonso VI, el Rey Justiciero.
El Mio Cid (Ruy Díaz de Vivar) es un héroe legendario español del siglo XI. Su fama se ha transmitido a través de la literatura épica y los cuentos populares. La historia cuenta que el Mio Cid fue destituido de su cargo de conde de Barcelona en el año 1090, y fue desterrado del reino de Castilla y León por el rey Alfonso VI.
Alfonso VI, a menudo referido como "El Bravo", era el rey de Castilla y León desde 1072, y también el líder de la Reconquista cristiana de la Península Ibérica. A pesar de su fama de ser un guerrero valiente, Alfonso VI también se caracterizaba por su crueldad y su deseo de mantener el control absoluto.
Alfonso VI destituyó al Mio Cid por su presunta insubordinación. El Mio Cid se había negado a seguir las órdenes del rey de atacar a los musulmanes y, como castigo, fue desterrado. El Mio Cid se dirigió entonces a Valencia, donde acabó convirtiéndose en una figura legendaria.
Aunque el rey Alfonso VI fue responsable de la destitución y el exilio del Mio Cid, la leyenda también cuenta que el rey acabó arrepintiéndose de su decisión y permitió que el Mio Cid regresara a Castilla y León años más tarde. El regreso del Mio Cid a la corte de Alfonso VI se ha convertido también en una de las historias clásicas de la literatura española.
El Cid Campeador, nacido Rodrigo Díaz de Vivar, fue el héroe más célebre de la España del siglo XI. Fue uno de los caballeros y hombres de armas más destacados de su época. El Cid combatió en numerosas batallas, haciendo frente a los musulmanes que dominaban partes de la Península Ibérica. Durante su reinado, fue una figura destacada en la historia de España. A pesar de su fama y poder, el Cid fue destituido del trono por el rey Alfonso VI de Castilla y León.
Alfonso VI ascendió al trono en 1072 y se convirtió en rey de Castilla y León. Como parte de su ascenso al poder, el monarca deseaba consolidar su autoridad sobre todas las tierras de su reino. El Cid, un caballero de gran valor y poder, era una amenaza para la autoridad del rey y por eso decidió destituirlo. En 1081, el rey expulsó al Cid de la Corte Real. Esta fue una gran desgracia para el Cid, quien había pasado años luchando por los intereses del rey.
El rey Alfonso VI destituyó al Cid debido a sus vínculos con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer. El Cid, en su posición como caballero del rey, había luchado contra Ramón Berenguer en varias ocasiones. El rey, temiendo una alianza entre el Cid y el conde, decidió deshacerse de él para evitar cualquier amenaza a su autoridad. Por esta razón, el rey destituyó al Cid y lo destronó de su tierra y posesiones.
El destierro del Cid fue un momento trágico en la historia de España. El Cid fue un caballero leal y fiel al rey, por lo que el rey Alfonso VI se vio obligado a destituirlo. El destierro del Cid marcó el comienzo de una nueva era para España, en la que el rey tendría el control absoluto sobre la tierra. El destierro del Cid fue una decisión trágica para los españoles, pero la historia demuestra que fue una necesidad para el rey para mantener el poder y la autoridad sobre el reino.