El arco Románico es uno de los principales elementos del estilo arquitectónico utilizado en la Edad Media. Se caracteriza por su forma semicircular, con una abertura en el centro. Esta forma se usaba para unir dos paredes, para crear una puerta o una ventana. Se puede encontrar en muchas de las construcciones más antiguas de Europa, desde el siglo XI hasta el XIII. El arco Románico se caracteriza por una gran estabilidad y resistencia, gracias a sus lados iguales y su ángulo de aproximadamente 90 grados.
Esta forma de arco, fue desarrollada por los constructores romanos. Estos constructores usaron esta forma para sustituir al arco de medio punto, que se había usado previamente. Esto les permitió construir edificios más grandes, con una mayor durabilidad. El arco Románico también fue el precursor de muchos otros arcos, como el arco ojival, el arco de herradura y el arco de los cenadores.
El arco Románico se caracteriza por ser un arco de medio punto, con lados iguales y un ángulo de 90 grados. Se usa para unir dos paredes, para crear una puerta o una ventana, y se encuentra en muchas de las construcciones más antiguas de Europa. Esta forma de arco fue desarrollada por los constructores romanos, y fue el precursor de muchos otros arcos, como el arco ojival, el arco de herradura y el arco de los cenadores.