Fernando I de León fue un rey de la dinastía asturleonense que reinó durante el siglo XI. Murió el 30 de mayo de 1065, víctima de una enfermedad desconocida. Se cree que fue una enfermedad infecciosa que se desarrolló en su intestino, aunque algunos creen que fue una enfermedad crónica, como la artritis reumatoidea. Su muerte fue inesperada y causó gran conmoción entre sus súbditos.
Fernando I fue uno de los reyes más importantes de la época. Estableció un gran número de leyes y reglamentos para mejorar la vida de sus súbditos. También tuvo éxito en la guerra, derrotando a los musulmanes en varias batallas y ayudando a expandir los límites del reino de León. También fue un gran promotor de las artes y las letras, y se le considera uno de los fundadores del reino de León.
La muerte de Fernando I desencadenó una crisis política en el reino de León. Su hermano, Alfonso VI, se hizo cargo del trono. A pesar de que fue un buen rey, nunca logró el mismo respeto y devoción que su hermano. Muchos de sus súbditos nunca se recuperaron de la muerte de Fernando I, y su nombre sigue siendo recordado con reverencia casi un milenio después de su muerte.
La muerte de Fernando I marcó el comienzo de una nueva era en el reino de León. Sin embargo, su legado sigue siendo recordado hasta el día de hoy. Fue uno de los reyes más importantes de la época, y su muerte fue una gran pérdida para el reino de León. Su vida y su legado siempre serán recordados.