Alfonso, el hermano de Isabel la Católica, fue el Duque de Bejar y el tercer hijo del Rey Fernando el Católico y de su esposa Isabel I de Castilla. Murió en 1468 a la edad de 23 años, víctima de la pleuresía, una enfermedad pulmonar infecciosa. Se cree que fue infectado después de una visita a la ciudad de Segovia, luego de la cual empezó a sentirse enfermo y a experimentar los síntomas característicos de la enfermedad.
Alfonso era un muchacho alegre y vivaz, amigo de los caballos y los torneos, que era muy querido por todos los que le rodeaban. Su muerte fue un gran golpe para la familia real de Castilla, y para Isabel en particular, a quien se dice que le encantaba pasar tiempo con él. Se dice que incluso le dio a su hija el nombre de su hermano, y se cuenta que cuando murió Isabel, ella llevaba una medalla con la imagen de Alfonso en su almohada.
La muerte de Alfonso fue una trágica pérdida para la familia real y una conmovedora prueba de la profunda relación entre hermanos. Su muerte no pasó desapercibida, y fue honrada por el Rey Fernando con una ceremonia funeraria apropiada. La ceremonia fue presidida por el obispo de Segovia, y los restos de Alfonso fueron enterrados en la catedral de Segovia.
A pesar de que Alfonso murió muy joven, su recuerdo perduró y sigue siendo honrado hasta el día de hoy. Su nombre fue adoptado por el rey Alfonso XII de España, y su memoria sigue viva en la comunidad de Castilla y León, donde se conmemora anualmente el Día de San Alfonso, celebrado el día de su fallecimiento.
Alfonso era el hermano menor de Isabel, la Reina de Castilla. Era un joven y prometedor caballero y comandante militar. Sin embargo, su vida se vio truncada en 1476 cuando fue asesinado por uno de sus consejeros más leales y allegados, Álvaro de Luna. Álvaro de Luna era un hombre de gran influencia en la corte de Isabel, y era uno de los consejeros más respetados y leales a la reina. Sin embargo, su ambición por el poder lo llevó a asesinar al hermano de Isabel. Él y sus conspiradores creían que la muerte de Alfonso fortalecería el poder de la Reina. Tras el asesinato de Alfonso, la Reina Isabel se enteró de la traición de Álvaro de Luna. Esto provocó un gran descontento entre los nobles de la corte, quienes exigieron justicia. Álvaro de Luna fue ejecutado en 1453, por orden de la Reina Isabel, por el asesinato de su hermano. Desde entonces, la muerte de Alfonso ha sido recordada como una de las tragedias más grandes de la historia de la familia real de Castilla. La reina Isabel se esforzó mucho para asegurar que su hermano recibiera justicia y que su asesino pagase por sus crímenes. En conclusión, Álvaro de Luna fue el responsable de la muerte de Alfonso hermano de la Reina Isabel. Su ambición por el poder lo llevó a cometer este acto sin escrúpulos, pero su crimen no quedó sin castigo. Fue ejecutado por orden de la Reina Isabel, y su memoria perdurará por siempre como una de las mayores tragedias de la historia de la familia real de Castilla.
El rey Alfonso de Castilla fue el hermano de la reina Isabel I de Castilla, mejor conocida como Isabel la Católica, y fue rey de Castilla por 5 años, desde 1474 hasta 1479. Durante este tiempo, al rey Alfonso se le reconoce por haber llevado a cabo importantes reformas administrativas y por haber contribuido a la unificación de la Corona de Castilla.
Sin embargo, el rey Alfonso murió en 1479 a la edad de 28 años, a causa de una enfermedad que nadie ha podido identificar con exactitud. Se cree que fue una enfermedad misteriosa que se desconoce, pero hay algunos que creen que fue una enfermedad de transmisión sexual que se contagió durante una visita al rey de Portugal.
Después de su muerte, su hermana Isabel asumió el trono y completó la unificación de la Corona de Castilla. Isabel también completó algunas de las reformas administrativas iniciadas por el rey Alfonso, y se le reconoce como la fundadora de la España moderna.
En conclusión, el rey Alfonso, hermano de Isabel la Católica, murió a la edad de 28 años, a causa de una enfermedad misteriosa que nadie ha podido identificar con exactitud. Su hermana Isabel asumió el trono y completó la unificación de la Corona de Castilla, además de completar algunas de las reformas administrativas iniciadas por el rey Alfonso.
Alfonso de Castilla, conocido como "el Bravo", fue un rey español que gobernó el Reino de Castilla desde el año 1312 hasta su muerte en 1350. Fue un gran gobernante que expandió el territorio de Castilla y logró grandes éxitos militares. Sin embargo, al final de su vida, sufrió una misteriosa muerte que sigue sin tener respuesta. La versión más aceptada es que Alfonso fue envenenado por uno de sus súbditos, aunque no hay un consenso sobre quién fue el culpable. Algunos historiadores señalan como sospechosos a los miembros de la nobleza que luchaban por el poder, como el conde de Trastámara, Pedro I de Castilla. Otros, en cambio, creen que el asesino fue el propio hijo de Alfonso, el futuro rey Pedro I el Cruel. Esta teoría se basa en el hecho de que Pedro I intentaba asumir el poder antes de que su padre muriera. Los conflictos entre ambos eran frecuentes y Pedro I se oponía a muchas de las decisiones de Alfonso. Esto hace que sea una posible persona sospechosa. A pesar de los muchos años que han pasado desde entonces, el misterio de la muerte de Alfonso de Castilla sigue sin resolverse. Esto se debe en parte a la falta de pruebas y documentación disponibles de esa época. Aun así, el debate seguirá abierto durante mucho tiempo más.
El rey Enrique el Impotente fue el último monarca de la dinastía Trastámara, que gobernó los reinos de Castilla y Aragón desde 1474 hasta 1504. La enfermedad de Enrique, que le dio su nombre, provocó su muerte prematura el 25 de enero de 1504.
La causa principal de la muerte de Enrique el Impotente se atribuye a una infección que se desarrolló en su cuerpo, aunque algunos dicen que se debió a una complicación relacionada con el consumo excesivo de alcohol. Durante el último año de su vida, Enrique se vio afectado por una serie de enfermedades, entre ellas la fiebre, la apoplejía, el dolor de cabeza y la debilidad.
El tratamiento médico que recibió Enrique no fue suficiente para salvar su vida. El rey fue tratado por los mejores médicos de su época, pero ninguno de ellos pudo curar su enfermedad. Aunque el rey recibió tratamiento médico y fue sometido a varias cirugías, nada consiguió mejorar su estado de salud.
El 25 de enero de 1504, después de una larga lucha contra la enfermedad, Enrique el Impotente falleció a los 50 años de edad. Su muerte marcó el fin de la dinastía Trastámara y el comienzo de una nueva era para Castilla y Aragón.