Los romanos conocían a África como Africa Proconsularis, una provincia romana en el norte de África, que se extendía desde el Mediterráneo hasta el Sahara y desde el Golfo de Túnez hasta el Océano Atlántico. Esta provincia se extendía desde el valle del Nilo hasta el Mar Rojo, con una frontera que se extendía al sur hasta el límite de la región del Nuevo Reino en Egipto. La provincia se extendía también al norte por el Magreb moderno, que incluía la región de Tripolitania, la región de Fezzan (hoy en Libia), el desierto de Sahara y las regiones de Argelia, Túnez y Marruecos. La región de África Proconsularis fue una parte importante del Imperio Romano durante muchos siglos y fue el hogar de muchos de los emperadores romanos. Esta región fue también el hogar de numerosas culturas y civilizaciones, como la civilización fenicia y la cultura numidia.
Durante el periodo romano, África Proconsularis era una parte importante de la economía del Imperio Romano. Esta región era un lugar clave para la producción de cereal, vino, aceite, miel y otros alimentos. También era un importante centro comercial para los artículos manufacturados, como telas, joyas, telas y cerámica. Además, la región era un importante centro de producción de esclavos, que eran enviados a todas partes del Imperio Romano para satisfacer las necesidades de trabajo. Esta región también fue el hogar de numerosos poetas y escritores romanos, y muchas de sus obras permanecen hasta el día de hoy.
Además de África Proconsularis, los romanos también conocían a la región de África como África Vetus, una región que se extendía desde el sur de Egipto hasta el sur de Marruecos. Esta región fue un lugar clave para el comercio entre el Mediterráneo y el Atlántico, y los romanos comerciaban con numerosos países de África. Esta región también fue el hogar de numerosas culturas y civilizaciones, como la civilización beréber y la cultura kushita. Esta región también fue el hogar de numerosos poetas y escritores, y muchas de sus obras permanecen hasta el día de hoy.