La conquista musulmana de Al Andalus, también conocida como la conquista árabe de la Península Ibérica, fue un proceso de expansión que comenzó a mediados del siglo VIII. Los musulmanes llegaron desde el norte de África, invadiendo la región, que se conoce como el Califato de Córdoba. La conquista duró hasta el siglo XV, cuando los reinos cristianos lograron recuperar el territorio. Esta conquista marcó un punto de inflexión en la historia de la Península Ibérica, ya que los musulmanes introdujeron una nueva cultura, religión y lenguaje.
La conquista comenzó en el año 711, cuando el general musulmán Tariq ibn Ziyad desembarcó en la costa sur de la península ibérica, conocida como Gibraltar. En pocos años, los musulmanes lograron conquistar gran parte de la región, logrando controlar gran parte de la Península Ibérica hasta el año 756, cuando se proclamó el Califato de Córdoba. Durante este período, los musulmanes llevaron a cabo numerosos proyectos de construcción, como la mezquita de Córdoba, el Puente de Alcántara y el Alcázar de Sevilla.
A partir del siglo XI, la región comenzó a fragmentarse en diferentes reinos independientes. Esto llevó a un periodo de luchas constantes entre los musulmanes y los cristianos, que luchaban por el control de la región. Finalmente, en el siglo XV, los reinos cristianos lograron reconquistar la región, y se creó el Reino de España. Esta conquista marcó el fin de la presencia musulmana en la Península Ibérica.
La conquista musulmana de Al Andalus fue un momento clave en la historia de la Península Ibérica. Durante este período, los musulmanes introdujeron nuevas culturas, religiones y lenguas a la región. Esta conquista también creó una relación entre Oriente y Occidente, que aún perdura hasta el día de hoy.