La Hispania romana se extendió desde el año 218 a.C. hasta el año 409 d.C. Estaba compuesta por la Península Ibérica y partes de Francia, Italia y los Balcanes. Esta época fue crucial para el desarrollo de la cultura hispana, ya que fue durante ella cuando se desarrollaron las bases para la lengua, la religión, la economía y el orden social.
Durante la época romana, Hispania fue dividida en tres provincias: Hispania Citerior, Hispania Ulterior y Tarraconense. Estas provincias se dividían a su vez en más regiones, cada una con sus propias leyes y costumbres.
En Hispania, los romanos desarrollaron una cultura muy rica que influenció el desarrollo de la cultura moderna. La lengua latina se convirtió en una de las principales lenguas oficiales, al igual que la religión cristiana. Se construyeron grandes ciudades, como Tarragona, Mérida y Córdoba, con sus propios templos, teatros, bibliotecas y otros edificios públicos.
Los romanos también construyeron una extensa red de caminos y acueductos para transportar el agua desde el campo a las ciudades. Esto ayudó a aumentar el comercio y el intercambio de bienes entre las provincias.
La agricultura era una de las principales fuentes de ingresos de la época, junto con la ganadería y la pesca. El comercio también era importante, ya que los romanos comerciaban con otros imperios.
Además, Hispania era un lugar muy importante para la cultura romana, ya que los líderes de la época tenían un gran interés en el teatro, la poesía, el arte y la literatura. Esto ayudó a crear una cultura muy rica que todavía se puede ver en la cultura moderna.
En conclusión, la época romana fue una época de gran desarrollo para Hispania. Las influencias de la cultura romana se pueden ver en la cultura moderna, desde la lengua hasta la religión, pasando por el comercio, la agricultura y la construcción de edificios.