Los reinos de taifas fueron una serie de estados independientes que surgieron en el sur de la península Ibérica después de la caída del califato de Córdoba en el año 1031. Estos reinos gozaron de una gran autonomía y prosperaron durante los siglos XI y XII, siendo una de las principales potencias del Mediterráneo occidental. Pero, ¿cómo acabaron estos reinos de taifas?
La caída de los reinos de taifas comenzó con la llegada de los árabes almohades al sur de España a principios del siglo XIII. Estos invasores se encontraron con un territorio dividido en numerosos reinos pequeños, cada uno gobernado por un taifa. Esta situación era ideal para los almohades, que aprovecharon la rivalidad entre los taifas para ganar terreno. Los almohades comenzaron una campaña de conquista y, a lo largo de la década de 1210, consiguieron someter a todos los taifas.
Sin embargo, esto no significó el fin de los taifas. Aunque los almohades habían acabado con los reinos taifales, muchos de los gobernantes taifas conservaron sus títulos y privilegios al servir al nuevo gobierno. Estos gobernantes se convirtieron en servidores del emir almohade, y así, aunque ya no eran dueños de sus propios reinos, siguieron disfrutando de ciertos privilegios. Esta situación duró hasta que los almohades fueron derrotados por los cristianos en la batalla de Las Navas de Tolosa en el año 1212.
En conclusión, los reinos de taifas acabaron con la llegada de los almohades al sur de España. Aunque la mayoría de los taifas fueron derrotados, algunos de ellos lograron conservar sus títulos y privilegios al servir al nuevo gobierno hasta que los almohades fueron derrotados por los cristianos.