Amadeo de Saboya, nacido en 1845 en Turín, Italia, fue elegido para ocupar el trono de España en 1870, después de que se declarara la Primera República. A pesar de que inicialmente rechazó la propuesta, finalmente aceptó tras la insistencia del jefe del gobierno español, Práxedes Mateo Sagasta.
Amadeo de Saboya pertenecía a la Casa de Saboya, una de las familias nobles más antiguas de Europa. Su padre, Víctor Manuel II, fue el primer rey de Italia tras la unificación del país en la década de 1860.
La elección de Amadeo de Saboya como rey de España causó controversia en España, ya que muchos españoles eran republicanos y preferían no tener un monarca en absoluto. Además, Amadeo no hablaba español y era católico en un país mayoritariamente católico, lo que causó resentimiento entre los sectores más conservadores de la sociedad española.
A pesar de estas dificultades, Amadeo de Saboya asumió el trono de España en enero de 1871. Durante su breve reinado, trató de reconciliar a los diferentes grupos políticos y sociales en España y de modernizar el país. Sin embargo, su reinado estuvo marcado por la inestabilidad política y la violencia, incluyendo intentos de asesinato y levantamientos populares.
Finalmente, en febrero de 1873, Amadeo de Saboya abdicó del trono de España, frustrado por la hostilidad y la ingratitud que había encontrado en España. Regresó a Italia y se retiró de la vida pública, aunque continuó ejerciendo influencia política detrás de escena durante muchos años más.
Amadeo de Saboya, también conocido como Amadeo I, fue un noble italiano que reinó como rey de España durante un breve periodo de tiempo durante la segunda mitad del siglo XIX. Su nombramiento como monarca de España se llevó a cabo en un contexto histórico complejo que desembocó en la Restauración borbónica.
El nombramiento de Amadeo de Saboya como rey de España se produjo tras la abdicación de Isabel II en 1870. En aquel momento, la situación política del país estaba marcada por la crisis económica, el descontento social y el desafío independentista de Cuba. Además, la guerra con Prusia había dejado al país en una situación delicada en términos internacionales.
Tras el fallido intento de los republicanos por establecer una república en España, se abrió un periodo de inestabilidad política que condujo a la restauración de la monarquía. En este contexto, el general Serrano propuso la candidatura de Amadeo de Saboya como rey de España, aunque esta opción no convenció a muchos sectores políticos y sociales.
Finalmente, Amadeo de Saboya fue nombrado rey de España en noviembre de 1870. Sin embargo, su reinado estuvo marcado por la oposición de los republicanos y carlistas, así como por la creciente inestabilidad social y política. Además, Amadeo de Saboya no logró ganarse el apoyo de la mayoría de la población y terminó abdicando en febrero de 1873, tras solo dos años de reinado.
En 1868 se produjo una crisis política en España que culminó con la renuncia de la reina Isabel II al trono. A partir de ese momento, se abrió un proceso de elección para nombrar a su sucesor, siendo finalmente elegido Amadeo de Saboya.
La elección de Amadeo de Saboya se debió a varios factores, entre ellos su origen aristocrático y su prestigio como militar. Además, era considerado como un candidato neutral, lo que lo hacía idóneo para una España dividida políticamente.
Por otro lado, la elección de un monarca extranjero se consideraba una forma de establecer vínculos con otras potencias europeas, fortaleciendo así la imagen internacional de España y mejorando su posición política en el continente.
Finalmente, el hecho de que Amadeo de Saboya fuera católico y aceptara las condiciones impuestas por las Cortes para su elección, tales como el respeto a la Constitución y las libertades civiles, lo hacía aceptable para los sectores más moderados de la sociedad española.
En resumen, la elección de Amadeo de Saboya se debió a una combinación de factores políticos y sociales, así como a la reputación y las características personales del propio candidato. Su reinado, sin embargo, fue breve y estuvo marcado por una serie de conflictos políticos y sociales que finalmente llevaron a su abdicación en 1873.
La renuncia de Amadeo de Saboya en 1873 provocó una crisis en España.
Después de la abdicación del rey, los políticos se dieron cuenta de que necesitaban establecer un nuevo régimen político.
Finalmente, se estableció la Primera República española en 1873, que duró hasta 1874 cuando fue derrocada.
Este nuevo régimen político fue el resultado de un acuerdo entre los diferentes partidos políticos y se basó en una constitución que otorgaba el poder al pueblo.
La forma de Estado que se estableció en España tras la renuncia de Amadeo de Saboya fue una forma de república federal.
El poder se dividió en diferentes niveles: el estado central, las regiones y los municipios.
Además, la república federal garantizaba la libertad de prensa, la libertad de reunión y la libertad religiosa.